La caída de la demanda y la falta de armonía producida por la interrupción del suministro ruso, no ha creado el mejor ambiente para asegurar su mercado. Gazprom llegó a manifestar en noviembre que podría construir tres plantas de licuefacción de GNL como alternativa exportadora al gasoducto Nord Stream que recorrerá el Báltico. Las dificultades para que el gasoducto cruce las aguas territoriales de algunos países ribereños de dicho mar, tampoco están ayudando a gestionar con eficiencia este proyecto.

Recordamos que este gasoducto es el mayor del continente actualmente en construcción, con una previsión inicial de transportar gas a partir de 2010. La capacidad inicial es de 27,5 bcm por año. Poner el gas del entorno del Mar Caspio en el centro de Europa es el reto. Los rusos lo quieren hacer por ese gasoducto que nacería en Dzhubga (Rusia, región de Rayon), atravesando el Mar Negro hasta Bulgaria. Es un proyecto que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y en el que se ha implicado directamente en 2008 como parte activa en las negociaciones, para concretar los aprovisionamientos (Azerbaiyán, Turkmenistán y Kazajstán, principalmente) y otros elementos del mismo. En él participan seis empresas energéticas de otros tantos países. Pondría el gas en el corazón de Europa (Austria), pasando por Bulgaria, Rumanía y Hungría, a partir de 2013. Para ello tiene que empezar a construirse en 2010. La previsión del coste es de 4.600 millones de € y un recorrido de 3.300 km.