Los datos disponibles en el momento de escribir estas líneas señalan un consumo total de energía en España de 143 millones de Toe, valor que refleja un descenso del 2,5% en relación con el dato de 2007. Si no se considera la energía no comercializada (por ejemplo, el consumo de biomasa en los hogares), el consumo de energía primaria se ceñiría a 138,7 millones de toneladas equivalentes de petróleo.

Esta evolución es una señal de la mejora de la eficiencia energética en el pasado año, al descender el consumo energético por unidad de Producto Interior Bruto.

Esta situación ya ocurrió en 2006 (con un descenso en el consumo total del 0,9%), pero si entonces fue debido a un aumento importante de la producción hidroeléctrica (que entra en el balance energético primario con un rendimiento del 100%), el pasado 2008 las causa hay que buscarlas en el aumento de precios de las energías finales y en el descenso de la actividad económica en sectores con alta intensidad energética, por ejemplo las actividades industriales relacionadas con la construcción.

El brusco descenso de la demanda de carbón está muy relacionado con el aumento de los precios internacionales, que ha reducido su atractivo para su uso en generación eléctrica. Esta evolución al alza ha sido un reflejo del camino seguido por el precio del crudo en el mercado internacional en los primeros ocho meses del año. A su vez, el gas natural se ha hecho más atractivo para emplearlo en los ciclos combinados, posición reforzada por contar con una oferta suficiente en el mercado internacional en contratos a corto plazo. Causa: el mercado de EE.UU. ha contado con una oferta local vigorosa, con un descenso notable de las importaciones.

Hemos indicado que una de las razones de la caída del consumo de petróleo en España ha sido el aumento de los precios. Así, la demanda de gasoil descendió en junio un 10,1%, el mes con registros de mayor precio. En el año 2008 de media ha bajado un 3,9% de acuerdo con los datos de CORES, un producto que en los últimos años siempre ha evolucionado al alza, en paralelo con la diesilización del parque automovilístico. La demanda de los gases licuados del petróleo (GLP) ha descendido el mismo porcentaje y la de gasolinas un 6%.

El aumento de la producción nuclear en 2008 es un hecho relativo: su guarismo es algo inferior a la cifra de 2006. La variación positiva del pasado año respecto al dato de 2007 es consecuencia de que en 2007 se mantuvieron cerrados una parte de los reactores más tiempo del previsto en su programa de mantenimiento.

España se consolida así como el tercer mayor productor de energía eólica del mundo, en el camino de conseguir el objetivo de llegar a los 20.155 MW instalados en 2010, marcados en el Plan de Energías Renovables del gobierno español.

Los últimos meses de 2008 han sido un exponente de la fortaleza de este modo de generación eléctrica: en varias ocasiones se superaron los 10.000 MWh producidos. A finales de enero de 2009 se alcanzaron 11.159 MWh, récord de generación eólica instantánea hasta esa fecha.

Como es sabido, un problema de la energía eólica es la incapacidad de previsión de la producción, de la fuerza del viento. En sistemas con un sector potente (como ya es el español) se añade otro: las dificultades para dar salida a la producción y encajar convenientemente el sistema, cuando se alcanzan valores altos, especialmente cuando se efectúa en horas valle. Este rasgo de hace destacable cuando no existen conexiones internacionales suficientes, como también es el caso de España.

El encaje que se está planteando de esta situación es avanzar en el objetivo de crear una nueva demanda en horas nocturnas (valle), que vendría de la mano de los coches eléctricos e híbridos. La creación de suficientes puntos de suministro y alcanzar un umbral mínimo de un millón de vehículos son dos retos importantes para el futuro próximo.

Como dato destacado, en noviembre de 2008 la aportación de la energía eólica en el mix de generación varió entre el 1,15% y el 43%.

Respecto a la hidráulica, al haber finalizado 2007 con un nivel de reservas hidráulicas al 35,4% de su capacidad (20 puntos por debajo del dato del último día de 2006), la situación fue claramente regresiva hasta mediados de año, ya que los primeros meses de 2008 fueron de los más secos de los últimos 60 años. El importante régimen de lluvias desde mediados de año, fue reduciendo el déficit, cerrándose el año con un descenso de sólo el 18,7% respecto a 2007.