En lo referente a América, cabe señalar el vigor que está tomando Brasil como resultado de
la determinación de sus reservas de petróleo y de gas natural, aspecto en el que las perspectivas
son excelentes, particularmente en cuencas offshore. El nuevo yacimiento de Tupi,
descubierto recientemente, puede albergar 8.000 millones de barriles de crudo,
lo que equivale al 60% de las reservas de petróleo de Europa Occidental.
China también es un país emergente en la producción de crudo.
En junio anunció el mayor hallazgo de los últimos 40 años, en el Mar de Bohai.
China sigue aumentando su consumo energético, en paralelo al de su Producto Interior Bruto.
Aunque el carbón sigue siendo el pilar más sólido de su mix energético (y así se mantendrá),
China está haciendo esfuerzos por diversificar a medio y a largo plazo su balance.
Las previsiones de la AIE para el 2030 (Word Energy Outlook 2007.
China and India insights. OCDE) concretan que el gas natural pasará de una cuota del 2,4% en 2005 a una
del 5,2% en 2030, con una tasa anual de crecimiento del 6,4%. La energía nuclear avanzaría al 5% anual.
Este país también está realizando esfuerzos para aumentar la eficacia de su sistema energético,
en especial en la generación eléctrica. En julio se hizo público que había ahorrado 8,5 millones
de Tm de carbón al cerrar centrales térmicas obsoletas. Sus dirigentes se han marcado el
objetivo de reducir las emisiones contaminantes en un 10%. Según la Agencia de Evaluación Medioambiental
holandesa, en 2006 las emisiones de dióxido de carbono de China superaron a las de EE UU.