Nuevo impulso a las energías limpias
El 9 de marzo finalizó una cumbre del Consejo Europeo con un acuerdo histórico con un doble compromiso: aumentar el uso de energías limpias hasta alcanzar el 20% del consumo energético de la Unión y reducir las emisiones de CO2 en un 20%.
Esta reducción de las emisiones podría llegar en el futuro al 30% si los demás países establecen
igualmente un compromiso de reducción de las emisiones. Estos objetivos serían alcanzables en el año 2020.
Las metas acordadas por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión se encuadran dentro de otras más amplias:
- Aumentar la seguridad de abastecimiento.
- Garantizar la competitividad de las economías europeas y la disponibilidad de una energía asequible.
- Luchar contra el cambio climático.
El protagonismo que llevan manteniendo desde años Alemania y España en el campo de la energía
eólica ha despertado el interés de la mayoría de los gobiernos europeos y también de la Comisión.
En diciembre de 2007 este Organismo hizo público que fijará a finales de 2008
un plan de acción relativo al desarrollo de la energía eólica marina, que ya ha sido implantada
en algunos países del norte de Europa, con un potencial relevante.
El objetivo de la Comisión Europea es lograr que en 2020 el 12% de la electricidad
producida en el territorio de la Unión proceda de la energía eólica.
Cumbres internacionales
Bali, la prolongación de Kioto
A mediados de diciembre se celebró en Bali la Cumbre del Clima. Los delegados de 190 países consensuaron
la denominada Ruta de Bali, un compromiso de los países participantes para establecer
una agenda y un calendario en busca de vías para la reducción de la contaminación.
Entre las acciones propuestas, se contempla ayudas a los países más pobres para adaptarse
a la reducción de emisiones.
El documento firmado ha contado con la adhesión de EE UU aunque
su apoyo ha condicionado la definición de unos objetivos algo ambiguos.
En la reunión de Bali, los 192 países firmantes del Acuerdo Marco de
las Naciones Unidas contra el Cambio Climático (UNFCC) acordaron emprender acciones
que comprometan a partir de 2012, fecha límite del Protocolo de Kioto.
La política de EE UU en este campo no ha cambiado desde que decidió no firmar Kioto.
Pero sí es cierto que la primera potencia mundial ha demostrado un mayor interés en reducir
las emisiones de gases con efecto invernadero. También ha establecido políticas activas en ese campo,
tanto a través del Gobierno Federal como de los de una buena parte de sus Estados.
Lo que no acepta, como país que arrastra ya un gran déficit comercial, son objetivos concretos que
puedan poner en peligro su economía.
A primeros de noviembre 15 países se reunieron en Lisboa para relanzar el mercado del carbono,
mediante la creación de la Asociación para la Acción Internacional del Carbono.
La creación de un sistema internacional que unifique iniciativas puede dar un nuevo impulso
al mercado global del comercio de emisiones.
Temas relevantes en los foros internacionales
El mercado del carbono, la captura de CO2 y, en general, el medio ambiente han estado
presentes en casi todos los foros internacionales celebrados en 2007.
Sin duda, la inquietud por reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera
(o por conseguir que crezcan menos que el potencial) es objetivamente positiva y, tal
como ha recordado Eurogas en distintas ocasiones, refuerza el papel del gas natural (y también los GLP)
al ser la energía menos contaminante entre los hidrocarburos.
Respecto al secuestro o captura de dióxido de carbono, la tecnología actual
permite almacenar y transportar el CO2 con una horquilla de costes de entre 40 y 70 dólares.
Esta cifra es aún demasiado alta, pero se sigue investigando y nos encontramos en
una fase de actuaciones piloto
Un capítulo aparte merece otro tema estrella de 2007, los biocarburantes.
Junto a un interés alto (y a veces de carácter especulativo en los mercados de granos) por
tomar posiciones de producción en este nuevo mercado, se ha establecido un debate entre
partidarios y detractores de esta fuente de energía. Entre estos últimos existe la creencia
de que se generan más emisiones de gases contaminantes que la alternativa actual, al considerar
toda la cadena de producción. Y entre los defensores se alude a la segunda generación de
carburantes bio para garantizar la sostenibilidad de estos productos. Lo que sí parece
cierto es que los gobiernos deben ser selectivos a la hora de incentivar los biocombustibles.
En otras palabras, todos permiten importar menos petróleo pero no todos valen para producir
menos gases de efecto invernadero.
Las otras alternativas energéticas: posiciones divergentes
La revitalización de la energía nuclear y la introducción decidida del hidrógeno
son otras dos alternativas serias que se han puesto sobre la mesa en 2007.
Pero no existe excesivo consenso, en particular sobre el primer caso.
Al lado de las políticas de, por ejemplo, Rusia (proyectos para construir 26 reactores
nucleares hasta el 2020) y del Reino Unido (apoyo a la construcción de nuevas nucleares), hemos asistido
a la firma de un manifiesto en Viena de ocho países europeos contra la energía nuclear (octubre de 2007).