El carbón destaca entre las energías primarias al presentar el mayor avance desde el año 2002, si bien en 2006 tuvo una regresión del 12 por ciento. Estas variaciones en tan escaso tiempo se explican en parte porque esta energía, además de usarse principalmente en generación eléctrica, cumple en la actualidad una misión de apoyo a las energías de entrada asegurada al sistema: nuclear y renovables. El descenso de la producción nuclear en 2007 (causado principalmente por el cierre programado de varios grupos nucleares, en ocasiones durante meses) y el abaratamiento del precio de la tonelada de CO₂ fueron factores que favorecieron este comportamiento.

Dentro del consumo de Energía Primaria en España, el petróleo se mantiene en una cuota próxima al 50%, con un descenso de tan sólo unas décimas en los últimos años. En segunda posición está el gas natural desde hace cuatro años. La energía nuclear aportó el 10% de la energía consumida en 2007 aunque es importante destacar que esta energía presenta un descenso de alrededor de un punto cada año de media.

Y, respecto a las fuentes renovables, de cada 100 unidades energéticas consumidas en 2007 en España, hoy 6,9 proceden de este tipo de recurso. Esta relación sigue subiendo, si bien se está expuesto a las fluctuaciones del régimen de lluvias en la península Ibérica, así como a la variabilidad del viento. Por ejemplo, el 19 de marzo de 2007 se logró la máxima punta de producción eólica de la historia, con 8.375 MW, cifra superada a mediados de enero de 2008, con una punta de 9.550 MW. Junto con estos notables registros (equivalente el último a la producción de cerca de 10 centrales nucleares estándar), con frecuencia se dieron otros de entre 1.000 y 2.000 MW o, incluso, cifras inferiores.