El aumento de la opinión favorable a la construcción de
terminales de GNL por parte de las empresas y de los gobiernos en 2007 supuso la aparición de
un número considerable de nuevos proyectos, al tiempo que se avanzaba en los que están en construcción.
Durante el año se han desarrollado proyectos en Rusia, Alemania, Polonia (en Swinoujscie), Lituania, Países
Bajos (4Gas LNG, en Rotterdam, proyecto con decisión de inversión tomada en diciembre de 2007), Reino
Unido, Francia e Italia, así como la ampliación de la terminal de Zeebrugge, en Bélgica, entre otros.
El análisis de viabilidad de estas opciones viene motivado principalmente por el objetivo
de evitar dependencias excesivas del gasoducto de un proveedor a veces único y, en consecuencia, aumentar
la seguridad de suministro y la libertad comercial de elección.
Noruega está estudiando la posibilidad de construir dos nuevos gasoductos de exportación.
Uno de ellos, para el posible suministro del Reino Unido, Bélgica o los Países Bajos, estaría en
operación en 2010. El segundo cruzaría el país, para abastecer a Suecia y Dinamarca. De llevarse a
cabo, este último estaría funcionando en 2012.
En diciembre se concedió el permiso para la construcción en el Reino Unido de una nueva terminal.
Entre las operativas, las que están en construcción y las que han vendido ya parte de su capacidad, suman
un potencial de 53,4 bcm por año. Recordemos que la demanda de gas natural en este país se sitúa de
media en unos 90-95 bcm por año. Si consideramos la producción nacional y el gas que le llega o puede
llegar por gasoducto desde el exterior, no es extraño que algunos analistas empiecen a hablar de
sobrecapacidad. En efecto, a la demanda creciente de gas en este país, muchos oferentes se
quieren apuntar. Por ejemplo, los propietarios del Interconector anunciaron en octubre su
intención de aumentar su capacidad de importación y de exportación. En importaciones, pasará
de 68 a 74 millones de metros cúbicos por día (2 bcm por año de incremento).
En Francia, el proyecto Fos Cavaou, en el Mediterráneo, sigue en construcción.
También se han presentado otros cinco, todos ajenos a GDF, aunque se reconoce que no
todos se harán realidad. Uno de ellos, localizado en Burdeos, está patrocinado por la
subsidiaria francesa de Endesa. El más avanzado es el de EDF, en Dunkerque, previsto para
empezar a emitir gas en 2012.
El gasoducto Midcat es una de las actuaciones que centran la atención de los responsables
energéticos de Francia y España. Es un proyecto que haría posible una nueva unión de los sistemas
gasistas franceses y españoles, conectando dos territorios importantes como son el Midi y Cataluña.
Italia firmó en noviembre con Argelia un acuerdo para construir el gasoducto Galsi, que estaba
planteado desde unos pocos años antes. La conducción saldrá desde El Kala, en la costa argelina, hasta
la isla de Cerdeña, atravesándola para llegar a la península italiana cerca de Piombino, donde
se unirá con la red gasista del país transalpino.
En este país siguen sin aprobación los diferentes proyectos de plantas de GNL presentados al
inicio de este siglo, entre ellos dos de la compañía Gas Natural. El proyecto de la terminal
propuesta por BG en Brindisi ha sido pospuesto hasta finales de octubre por el Gobierno
italiano, que ha demandado una mayor investigación de impacto ambiental.
Sí avanza la construcción de la planta de Rovigo (offshore, en el Adriático), que estará lista
en este año 2008 y tendrá una capacidad de 8 bcm.
Eni y Gazprom firmaron a mediados de año un memorando para la adhesión de Italia a
la realización del South Stream, idea paralela a la del gasoducto en construcción entre
Rusia y Alemania, pero desde el Mar Negro.
Una parte importante del corredor ITGI (Italy-Turkey-Greece Interconnection), en concreto
el tramo que va desde Turquía a Grecia, fue inaugurado en noviembre. Conecta la ciudad turca
de Bursa con la griega Komotini. Por ahora sólo se abastece Grecia. Con 300 km de extensión, en
2012 servirá para llevar a Italia hasta 8 bcm de gas natural desde la zona del Caspio y de
Oriente Medio. De hecho ya es un enlace entre Azerbaiyán y los consumidores europeos
más allá del Estrecho del Bósforo.