Desde que entró en funcionamiento el Mercado Ibérico de la Electricidad (MIBEL), uno de los
procesos de integración de sistemas eléctricos de países vecinos más importantes de Europa, se han ido venciendo
los obstáculos que dificultaban el pleno desarrollo de dicho proceso.
A primeros de marzo los ministros portugués y español responsables del área de energía ratificaron en Lisboa los acuerdos
para la armonización de la regulación técnica.
La relación con Francia también ha estado presente en el calendario de 2007. La principal cuestión ha sido la nueva conexión eléctrica, deseada desde hace años y nunca tan cerca de realizarse como en la actualidad. En efecto, después del acuerdo sobre el trazado (de Figueres a Perpiñán, por el paso de Le Perthus), se ha concretado
notablemente el proyecto, fijando plazos de construcción que culminarán a finales de 2011.
Con esta nueva línea, de 1.200 MW de capacidad, el porcentaje que representaría la capacidad de interconexión internacional de España se acercaría al 6% del consumo anual,
todavía lejos del mínimo indicado por la Comisión Europea, que es de un 10%.
En el marco español conviene hacer una breve referencia a la conexión de la Península con las Baleares. El primer cable de la conexión eléctrica
estará terminado a finales de 2010 y el segundo en el primer semestre de 2011.
Recordemos que hay un proyecto paralelo para conectar las Baleares a la red española de gasoductos, conexión
que estará finalizada un año antes de la primera conexión eléctrica.