La AIE expresaba en su Informe de abril su preocupación por el abastecimiento de crudo y exigía al cártel que aumentase su producción.
La OPEP había bajado en 165.000 barriles su bombeo diario.
Cualquier foco de tensión en las zonas productoras o una disminución de los inventarios de EE UU era origen de un empujón en los precios spot.
En mayo, por ejemplo, el precio descendió hasta que a finales de mes aumentó la tensión por las actividades nucleares de Irán y por los incidentes en Nigeria.
El nerviosismo provocó una escalada del precio del crudo por encima de los 70 dólares a finales de julio.
Por esas fechas, la Agencia Internacional de la Energía hacía público un nuevo informe que recogía la preocupación por la demanda creciente de China y del resto de países emergentes.
El incremento de la oferta no sería suficiente debido a retrasos en algunos proyectos en Irán, Irak y Venezuela.
En 2012 podría verse agravada, al reducirse peligrosamente la capacidad de producción excedentaria.
La otra cara de la situación a medio plazo era presentada por el Departamento de Energía de los EE UU,
que en su informe anual pronosticaba una disminución de la demanda de crudo en todo el mundo a partir de 2015,
debido a su alto precio.
Lo cierto es que a finales de julio todos los protagonistas de este mercado (incluida la OPEP)
se mostraban nerviosos. A la alta volatilidad del precio se juntaba el miedo a la incidencia de unos
precios elevados sobre la economía. La OPEP llegó a señalar en septiembre que no controlaba el mercado
ni los precios del crudo. Los conflictos políticos, la especulación financiera y los problemas de refino
eran más importantes que el mercado del crudo en sí mismo. Ese miedo forzó, al fin, un aumento nominal
de la producción de los países de la OPEP que, en su 145 conferencia ministerial, celebrada en septiembre,
decidió aumentarla en 500.000 barriles diarios a partir del 1 de noviembre. Sin embargo, el acuerdo no impidió
que el crudo de Texas (WTI) pasara la barrera de los 80 dólares/barril por primera vez en la historia.
En esas fechas ya se estaba observando una clara correlación entre la subida del crudo y el descenso del
valor del dólar en relación con el euro. Además, asistíamos a un esfuerzo de los miembros de la OPEP por
mantener sus ingresos en términos reales.
A finales de octubre el WTI se disparaba a los 92 dólares/barril.
Fue el inicio de una carrera que lo llevó a acercarse a los 100 dólares/barril en la primera quincena de noviembre.
Diciembre.
La OPEP aplaza el posible aumento de producción.
La 146 conferencia ministerial de la OPEP de primeros de diciembre decidió aplazar,
hasta febrero como mínimo, el posible aumento de producción. La cuota conjunta de la OPEP está establecida en 27,
25 millones de barriles diarios desde el 1 de noviembre de 2007.
La entrada de Ecuador y Angola ha elevado la cuota conjunta a 29,65 millones.
Pese a que se registraron algunos descensos en lo quedaba de año, 2007 acabó
con precios superiores a los 95 dólares.
Enero del 2008.
EEUU responde con nuevas prospecciones
Como conclusión de este proceso, a mediados de enero de 2008 los síntomas de una probable crisis económica
se hacen evidentes. El crudo baja de los 90 dólares. La cumbre del cártel de febrero decide
no aumentar la producción de sus socios. En esos mismos días, EE UU decide abrir a la exploración
el Mar de Chukchi, al noroeste de Alaska, una opción que se
mantenía con recelos por sus valores medioambientales. El mayor consumidor de petróleo y de gas natural
del planeta quería asegurarse que su cuota de dependencia externa no aumentara peligrosamente en las
décadas próximas.
La baza del Golfo de Méjico (junto con el Mar de China y el del Norte,
una las áreas que se prevé que reciban la mitad de las plataformas offshore de aquí a 2012) es importante a
medio plazo, aunque insuficiente a largo.