La extensión durante cinco años de Kioto implica también trabajar en la definición jurídica de un nuevo tratado legalmente vinculante, que se decidirá en 2015 y entraría en vigor en 2020.
En Durban se acordó también un paquete de medidas que al final obligaría a todos los países firmantes a adoptar un plan de medidas para frenar el ritmo de gases de efecto invernadero. Los países participantes acordaron también definir nuevos mecanismos de mercado, presentando sus recomendaciones en la Cumbre de Catar a finales de 2012. La UE quiere que cualquier nuevo mecanismo de mercado de reducción de gases de efecto invernadero, se convierta en una ley internacional, para evitar la fragmentación del mercado de CO2.
Las nuevas reglas obligan a los promotores de proyectos a colocar un 5% de las ganancias con los créditos de carbono en una reserva, que se les rembolsará solamente después de que los observadores hayan comprobado que no ha habido filtración de dióxido de carbono desde el almacén subterráneo, 20 años después del final del período de acreditación.