Sedigas apuesta por la innovación y la digitalización como pilares fundamentales para reforzar la transición ecológica y fomentar la recuperación económica del país.
La digitalización es una pieza clave para el futuro del sector gasista español. Un proceso en marcha desde hace años por parte de las compañías energéticas cuyas ventajas radican en una mayor proximidad con los nuevos hábitos de los consumidores, la mejora de la atención profesional y la inmediatez de respuestas.
La digitalización no solo es un cambio cultural, es el aliado perfecto para luchar contra el cambio climático y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). También está ayudando a establecer un nuevo modelo productivo capaz de fomentar la recuperación económica y la creación de empleo.
Por todos estos motivos, las empresas siguen aumentando su inversión en I+D+i a un ritmo del 20% a nivel mundial, aplicando cada vez con mayores resultados aplicaciones para la segmentación de clientes, la previsión de precios, la detección del fraude o la anticipación de fallos en equipos.
Según la consultoría energética Wood Mackenzie una mayor digitalización en los procesos de las empresas europeas de petróleo y gas en fase de producción podría suponer un ahorro de hasta 73.000 millones de dólares al año. Y todo gracias a medidas como el análisis avanzado de datos, el mantenimiento preceptivo o una mayor interconexión entre compradores y proveedores, las cuales se pueden llevar a cabo mediante tecnologías como:
En España, la sustitución de antiguos contadores de gas por contadores inteligentes generaría hasta 50.000 puestos de empleo.
La digitalización promueve el desarrollo económico mediante fórmulas de futuro que potencian el llamado trabajo verde. Uno de sus mayores puntales es el proceso de renovación de los contadores con más de 20 años de antigüedad por contadores inteligentes.
En España, el recambio de estos mecanismos se estima en unos 7 millones de unidades y podría generar hasta 50.000 puestos de empleo para su fabricación, instalación y gestión.
Este cambio sería beneficioso para todos, consumidores y empresas, porque permitirían controlar el consumo y adecuarlo a la factura, además de facilitar las gestiones y la solución de incidencias.
La digitalización supone un descenso de manera sustancial y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero. Según un un estudio SMARTer2030, la aplicación de innovaciones tecnológicas es capaz de disminuir las emisiones de CO2 en un 20% para 2030. El informe Mobile Carbon Impact elaborado por la Global e-Sustainability Initiative indica que las comunicaciones móviles pueden ahorrar más de 180 millones de toneladas de CO2 al año.
El Libro blanco de la Inteligencia Artificial y la Estrategia Europea de Datos de la Comisión Europea traza una hoja de ruta para que la digitalización apoye la transformación ecológica y los objetivos contenidos en el Pacto Verde Europeo: