Solución asequible, eficiente y sostenible para cubrir necesidades energéticas de consumidores domésticos e industriales.



Energía limpia, segura y eficiente

El gas natural es una solución asequible, eficiente y sostenible para cubrir necesidades energéticas de consumidores domésticos e industriales.

Limpio

Su uso, tanto el ámbito doméstico como industrial, así como en el transporte y en la generación de electricidad contribuye a mejorar la calidad del aire y a reducir las misiones de CO2, en comparación con el uso de otros combustibles tradicionales como gasóleo o el carbón. Además, es compatible con los gases renovables, por lo que las infraestructuras existentes pueden utilizarse para transportar hidrógeno verde, biometano o gas de síntesis producido a partir de fuentes renovables o residuos, contribuyendo de forma decisiva a la economía circular y a la descarbonización de la economía.

Seguro

El gas natural como fuente de energía se caracteriza por su seguridad a dos niveles. En su uso doméstico e industrial el gas natural es totalmente seguro cuando se observa un buen uso y mantenimiento de las instalaciones. La seguridad en cuanto a su suministro es también básica. En el sistema gasista español la seguridad de suministro se ve fortalecida ya que se provee de hasta 14 mercados diferentes (datos de 2019) siendo uno de los  más diversificados de Europa. El disponer, además, de una doble vía de entrada, bien por gasoducto o bien por puerto, transportado como gas natural licuado, proporciona una seguridad añadida al sistema y garantiza el suministro constante de gas natural para atender la demanda.

Eficiente

Gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, el gas natural se ha convertido en una de las fuentes de energía más versátiles. No solamente se puede emplear en el hogar, el comercio y la industria, sino en procesos de cogeneración y producción de electricidad con ciclos combinados o el transporte, tanto terrestre como marítimo.

Gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, el gas natural se ha convertido en una de las fuentes de energía más versátiles.

Por otra parte, gracias al desarrollo del I+D+i aplicado a la eficiencia en las redes de distribución de gas natural, se ha conseguido que la energía que se pierde al transportar el combustible de un lugar a otro sea insignificante, del orden del 0,1%. Todo ello convierte al gas natural en la fuente de energía más compatible y flexible con las energías renovables y clave para impulsar la transición ecológica.