El uso de gas natural para las necesidades energéticas de los edificios ayuda a reducir las emisiones de CO2 y a mejorar la calidad del aire al tiempo que proporcionan confort, seguridad y comodidad a un precio muy competitivo.
El gas natural es una solución asequible, eficiente y sostenible para cubrir necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria de los edificios. No sólo por sus ventajas económicas sino también por sus beneficios medioambientales: el gas natural prácticamente no genera residuos sólidos y produce alrededor de un 25-30% menos de CO2 que el petróleo y sus derivados y entre un 40-50% que el carbón.
En cuanto a sus costes, es más barato y eficiente que la electricidad y que el gasóleo. A esto se une la estabilidad, ya que su precio se ha mantenido prácticamente sin altibajos durante los últimos 15 años, a diferencia de las frecuentes oscilaciones del petróleo y la rapidez y sencillez del mantenimiento y revisión de sus equipos.
Además, una instalación de gas aumenta el valor del edificio o la vivienda, ya que es sinónimo de ahorro energético, comodidad, seguridad y fiabilidad de suministro, ventajas muy valoradas dentro del mercado inmobiliario.
Una instalación de gas aumenta el valor del edificio o la vivienda, ya que es sinónimo de ahorro energético, comodidad, seguridad y fiabilidad de suministro.
Con la energía solar-térmica, una vivienda unifamiliar es capaz de cubrir hasta el 60% de la energía necesaria para su agua caliente sanitaria, aunque este porcentaje depende en gran medida de la zona donde se encuentre el edificio.
Sin embargo, la variabilidad de las condiciones climáticas hace que sea indispensable el uso de otra fuente que evite posibles restricciones en los periodos en los que no haya suficiente radiación solar o en esos días en los que exista un consumo superior al habitual: el gas natural con todas sus ventajas.
Las calderas de gas natural tienen un rendimiento excelente, si se comparan con los sistemas de calefacción eléctricos. Son el complemento perfecto para el respaldo de aquellas instalaciones que hayan optado por la energía solar-térmica. Su inversión se ve compensada mes a mes en la factura energética. Estas son sus ventajas: