Life Chandelier: residuos agroganaderos para generar biometano en Aragón



Una novedosa iniciativa para generar biometano a partir de residuos agroganaderos con el apoyo de fondos europeos se ha puesto en marcha recientemente en Aragón. Se trata del Proyecto Life Chandelier, que cuenta con un presupuesto de 3,9 millones de euros para los próximos tres años, y que supondrá un avance significativo hacia la sostenibilidad en el sector del transporte y el desarrollo rural sostenible. Coordinado por el Clúster Aragonés de Alimentación y Nutrición, el proyecto integra a un consorcio estratégico compuesto por una compañía líder del sector cárnico, firmas del sector de gases renovables y centros tecnológicos especializados en la producción de bioenergía y gestión de residuos.

Juan Carlos Giménez

Life Chandelier tiene como principal objetivo desarrollar un sistema innovador, eficiente, trazable (a través de la tecnología blockchain) y sostenible: se trata de generar biometano para el transporte a pequeña y mediana escala, partiendo de un recurso como los residuos de la agricultura y la industria alimentaria en un área rural. La iniciativa está plenamente inscrita en la idea de economía circular, dado que aprovechará residuos, reducirá emisiones de gases de efecto invernadero e impulsará la sostenibilidad en áreas rurales promoviendo su autosuficiencia energética.

Denominado oficialmente “Producción mejorada de biometano vehicular a pequeña y mediana escala utilizando residuos agroalimentarios lignocelulósicos en zonas rurales”, el proyecto cuenta con un presupuesto de casi 3,9 millones de euros, de los que un 60% serán aportados por el programa europeo LIFE, el instrumento financiero de la UE dedicado al medio ambiente y a la acción por el clima.

Puesto en marcha el pasado 1 de septiembre, su conclusión está prevista en agosto de 2027, con la puesta en marcha de un demostrador en la planta de producción de biogás turolense de Valderrobres. Allí se desarrollará una planta piloto que tendrá un diseño modular para facilitar la escalabilidad y replicabilidad del proyecto. La idea es poner a prueba en esta misma instalación las tecnologías necesarias para una producción sostenible de biometano que garantice tanto su rentabilidad económica como su posible extensión a otros emplazamientos.

Elementos de la instalación

La instalación incluirá cuatro elementos principales:

  • Un novedoso sistema de termoextrusión (calor y presión aplicados para forzar el paso de un material a través de una abertura) para el pretratamiento de los residuos agroalimentarios lignocelulósicos (biomasa derivada de la materia seca vegetal).
  • Un digestor anaerobio o contenedor sin oxígeno para las pruebas de codigestión que generarán los flujos de biogás original y biometano depurado.
  • Un sistema de upgrading o purificación de biogás basado en tecnologías de membranas hidrófobas.
  • Una estación de recarga de bioCNG (gas natural comprimido de origen biológico) para vehículos pesados.

El proyecto Life Chandelier es un consorcio estratégico coordinado por el Clúster Aragonés de Alimentación y Nutrición (AFC-Aragon Food Cluster), que cuenta también entre sus integrantes con una compañía líder del sector cárnico (GUCO-Ganadería Unida Comarcal S. Coop.), firmas del sector de gases renovables como Genia Bioenergy e Inderen (Ingeniería y Desarrollos Renovables SL), así como centros tecnológicos especializados en la producción de bioenergía y gestión de residuos, como el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) y el Centro Tecnológico de Cataluña Eurecat.

La iniciativa parte de una oportunidad doble localizada en la región rural de Matarraña-Aragón: por un lado, un potencial considerable para la producción de biometano y, por otro, la posibilidad de mejorar la gestión de los residuos agroalimentarios generados en esta comarca turolense. Matarraña presenta una intensa actividad agrícola y ganadera, está declarada Zona Vulnerable a la Concentración de Nitratos por la Comisión Europea, y es uno de los mayores productores de aceite de oliva, vino y almendras en Europa.

Pretratamiento, codigestión, optimización

El proyecto contempla un pretratamiento simultáneo basado en extrusión de residuos agroalimentarios lignocelulósicos complejos (en particular, orujos de aceituna, cáscaras de almendras, sarmientos y paja de cereales), y su codigestión anaeróbica con otros residuos agroalimentarios orgánicos (purines de porcino y residuos de matadero). 

Además, está previsto optimizar diferentes combinaciones de estos desechos de cara a maximizar el rendimiento de biogás. Y todo ello se complementará con un novedoso sistema de mejora del biogás basado en membranas hidrofóbicas, que constituyen una alternativa más rentable y respetuosa con el medio ambiente frente a métodos tradicionales como la depuración con agua o la absorción química.

Los resultados de Life Chandelier serán rigurosamente testeados y validados a través de un demostrador que será desarrollado en la planta de biogás de Valderrobres, actualmente gestionada por dos de los socios del proyecto como son la cooperativa ganadera GUCO y la ingeniería Genia Bioenergy.

La solución de producción de biometano propuesta conducirá a una reducción significativa (hasta un 80%) de las emisiones de gases de efecto invernadero, y permitirá una producción rentable de gas destinada al transporte sostenible en zonas rurales. En este sentido, la calidad del biometano será validada como Bio-GNC en un Vehículo de Alta Potencia (HDV por sus siglas en inglés), que recorrerá 120.000 kilómetros durante el periodo de duración del proyecto.

El biometano puede contribuir significativamente a la mitigación del cambio climático en la UE. La Comisión Europea estima que para 2030 se producirán 350 TWh de este gas renovable, lo que supondrá una reducción de unos 110 millones de toneladas de emisiones de CO2 equivalentes. Este volumen representa aproximadamente un 6% del esfuerzo total necesario para lograr el objetivo europeo de una reducción del 55% de los gases de efecto invernadero.

Life Chandelier también incluirá la modelización digital de los diferentes procesos integrados en la solución propuesta, con el objetivo de optimizar la producción de biometano y facilitar la ampliación y replicabilidad en otros ecosistemas, regiones o tipos de materia prima.

Reunión inaugural

Los días 25 y 26 de septiembre, los socios que participan en Life Chandelier se citaron en Valderrobres para celebrar la reunión inaugural del proyecto. Dicho encuentro tuvo lugar en la sede de la Comarca del Matarraña, que constituye un actor clave del proyecto. 

Fernando Camps, presidente de esta comarca, expresó su agradecimiento y apoyo a la iniciativa, destacando los beneficios que reportará para toda la región. Además, se presentaron los paquetes de trabajo que cada socio desarrollará durante los próximos tres años, así como las sinergias entre las distintas actividades que contribuirán a una implementación exitosa del proyecto. Finalmente, se realizó una visita técnica a la planta de biogás de Valderrobres, que constituirá el punto neurálgico para la demostración de los beneficios del proyecto.

 

Planta de Valderrobres: un ejemplo de economía circular

El proyecto Life Chandelier va a tener su centro operativo en la planta de tratamiento de purines de la localidad de Valderrobres (Teruel), propiedad del Instituto Aragonés del Agua y gestionada mediante una concesión con el grupo empresarial Arcoiris.

La instalación, que supuso en 2010 una inversión de ocho millones de euros, tuvo que esperar más de una década para ser operativa. Promovida por el Gobierno de Aragón al igual que su gemela de Peñarroya de Tastavins, estaba destinada a eliminar el purín, principal residuo de la producción porcina que contaminaba los acuíferos en la comarca y frenaba el potencial turístico de la zona.

La falta de viabilidad económica impidió su puesta en operación hasta que, en julio de 2021, se resolvió una licitación pública para su vuelta a la actividad a favor del consorcio BioSelval Gestión Medioambiental, integrado por empresas productoras de biorresiduos (el grupo Arcoiris, a través de su filial Esypu, S.L.), un grupo empresarial especializado en su gestión (Selev Biogroup) y Genia Bioenergy, especializados en valorizar los residuos para obtener gases renovables. La reactivación de la planta requirió una inversión añadida por parte de Bioseval de 1,5 millones de euros.

El objetivo era producir electricidad a partir del biogás obtenido del residuo ganadero, de lodos de depuradoras y de otros biorresiduos de industrias agroalimentarias de la zona, evitando la contaminación de los suelos por elevados niveles de nitratos, además de otros problemas asociados como la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación de los acuíferos, las molestias a la población por los malos olores o la proliferación de insectos.

La infraestructura comenzó a producir biogás y fue conectada a la red para la producción de electricidad en octubre de 2023, con una capacidad para procesar anualmente 21.800 toneladas de biorresiduos y 141.500 toneladas de otros subproductos.

El proceso de tratamiento consiste en una separación física con tratamiento biológico (nitrificación/desnitrificación), que permite la reutilización de los vertidos líquidos para agua de riego con destino a los cultivos, y los sólidos como fertilizante, integrando todo el proceso de producción, gestión y valorización sostenible de los biorresiduos de toda la comarca dentro de un modelo de economía circular, incluyendo el autoabastecimiento energético.

El purín y otros cosustratos se gestionan y almacenan en la planta, donde se realiza la separación por fases de los biorresiduos, el tratamiento biológico de líquido clarificado, así como la digestión anaerobia del purín bruto, de la fracción sólida y de los cosustratos, finalizando con la generación del biogás.

El biogás producido puede convertirse en electricidad mediante cogeneración y los digestatos pueden utilizarse para la obtención de biofertilizantes de rápida absorción para las plantas y fitosanitariamente seguros. Aunque los purines son una parte importante de los residuos que se tratan en la planta, también se incluyen otro tipo de residuos de la comarca, que pueden ser agrícolas o procedentes de la propia industria cárnica del Grupo Arcoiris.

Adicionalmente al objetivo de una gestión eficiente de los biorresiduos de la zona, el proyecto ha supuesto la generación de 10 puestos de trabajo directo y más de 25 indirectos.