La red gasista española, preparada para el hidrógeno renovable



La red de gas española está ya preparada para operar con hasta un 20% de hidrógeno renovable, y para ello solo es precisa una inversión mínima para su adecuación. Esta es la principal conclusión del estudio CavendisH2, llevado a cabo por iniciativa de Sedigas, en el que se analiza la viabilidad de la infraestructura gasista existente para transportar diferentes tipos de gases renovables. En concreto, el coste estimado se sitúa entre 92 millones de euros para un porcentaje del 5%, y 703 millones de euros para un máximo del 20%. Lo que confirma la capacitación y competitividad de la red española de distribución de gas para contribuir a la descarbonización del modelo productivo.

Por Juan Carlos Giménez

Las políticas energéticas de la Unión Europea y España tienen como objetivo común la descarbonización de nuestro modelo energético y lograr el ‘net-zero’ en 2050. En esta línea, tanto la Comisión Europea como el Gobierno español han establecido e impulsado una serie de medidas y objetivos, cada vez más ambiciosos, con la decidida intención de acelerar el proceso de transición energética.

En el caso de España, se dan varios factores que favorecen la posibilidad de que los gases renovables jueguen un papel fundamental. Está, en primer término, su potencialidad para convertirse en uno de los principales productores de hidrógeno renovable a nivel mundial. Y a ello se suman las expectativas de producción de biometano (en torno a 163 TWh, según estimaciones de Sedigas, que le situarían a la cabeza de la Unión Europea).

A este potencial como país productor de gases renovables se une una avanzada infraestructura gasista, cuyos principales activos incluyen siete plantas de regasificación, seis conexiones internacionales, más de 14.000 km de red de transporte, 80.000 km de red de distribución y cerca de ocho millones de puntos de suministro.

Partiendo de esta realidad, Sedigas ha promovido, con la colaboración de la firma Bip Consulting, la realización del estudio CavendisH2. Este informe ha analizado en detalle la viabilidad de la infraestructura gasista existente para suministrar gases renovables, con especial atención al hidrógeno. Se ha tratado, en definitiva, de conocer hasta qué punto está dicha infraestructura preparada para habilitar y favorecer el despliegue de los gases renovables, y contribuir de este modo a acelerar la descarbonización.

RED GASISTA PREPARADA

Una de las principales conclusiones del análisis confirma que la red gasista española actual estaría preparada para operar hasta con hasta un 20% de hidrógeno (el porcentaje en el ‘blending’ o mezcla con el gas natural tradicional), y que para ello sería necesario únicamente acometer algunas modificaciones relativamente sencillas. A más largo plazo, y en un escenario de mayor porcentaje de ‘blending’, sería necesario acometer actuaciones más complejas, de forma que se asegure la total compatibilidad de los materiales utilizados y se refuerce la capacidad de ciertos elementos operativos.

En cualquier caso, el estudio ha puesto de relieve que, en España, las conducciones de transporte y distribución, que constituyen el principal activo de la red gasista, son altamente compatibles con el hidrógeno renovable. Y ello debido sobre todo a dos factores: por un lado a su modernidad, y por otro a los altos estándares de calidad aplicados en su construcción, operación y mantenimiento. Desde el punto de vista de los costes, el estudio considera un escenario en el que se adaptarían los activos de todos los municipios gasificados y se vehicularía la misma demanda energética existente en la actualidad. Bajo estas premisas, la inversión requerida para adaptar la infraestructura al uso de hidrógeno renovable se situaría en una horquilla de entre 92 millones de euros (para un escenario con un 5% de ‘blending’) y 703 millones (en el caso del máximo porcentaje contemplado, que alcanzaría el 20%). Este último montante representaría apenas un 2% de los costes regulados anuales del sistema gasista, en un periodo de amortización estimado de 20 años de vida útil, lo que lo convierte en una inversión perfectamente asumible.

Partiendo de estas cifras, desde Sedigas se considera que es posible plantear un escenario de transición energética en el que los gases renovables tengan un papel aún más relevante que el actualmente contemplado en los diversos documentos aprobados por el Gobierno. En especial en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y en la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP).

OBJETIVOS MÁS AMBICIOSOS

Se considera necesario reforzar el papel de los gases renovables en la transición energética, partiendo de la disponibilidad de la infraestructura y la razonabilidad de las inversiones asociadas requeridas. Esta propuesta ya tiene eco en Europa con el Plan REPowerEU, y trasladarlo a España requeriría establecer objetivos más ambiciosos singularmente para el biometano.

En este mismo sentido, el estudio CavendisH2 pone de relieve que las tecnologías para descarbonizar están ya disponibles en la mayoría de los segmentos, y en consecuencia las incertidumbres radican más bien en su futura relevancia y velocidad de adopción. Para cumplir con los objetivos marcados, será necesario la adopción de aquellas soluciones que permitan avanzar hacia un sistema energético más eficiente, seguro, diversificado y sostenible. Y, a este respecto, las conclusiones del informe defienden el principio de neutralidad tecnológica como un elemento central sobre el que pivote la planificación del modelo energético de futuro, preservando la competitividad del modelo productivo en su conjunto.

CavendisH2 también propone una serie de medidas adicionales en los ámbitos regulatorio, administrativo y de fomento de la tecnología y las infraestructuras, que pueden colocar a España en una posición más favorable para el desarrollo de los gases renovables.

MEDIDAS REGULATORIAS

El primero de ellos, el regulatorio, tiene como objetivo el desarrollo de un marco normativo ambicioso y objetivos vinculantes alineados, con el potencial estimado para España en el desarrollo y producción de gases renovables. De cara a superar barreras y fomentar su desarrollo, se sugiere poner en marcha una batería de medidas que permitan a los diferentes actores económicos dar prioridad a los gases renovables. Y que estarían ordenadas en cuatro categorías:

 • Definición de objetivos vinculantes y crecientes, según el horizonte temporal de producción, en cuanto a la inyección en la red gasista y el consumo de gases renovables como el hidrógeno y el biometano). Adicionalmente, se propone definir planes sectoriales para el desarrollo de infraestructuras de producción, almacenamiento y distribución de gases renovables.

 • Definición de un marco regulatorio completo para hidrógeno y biometano, con normas a seguir para todas las actividades relacionadas con su generación, transporte y gestión, dando así certeza a todos los agentes involucrados. Las directivas y reglamentos europeos deben servir como base para tramitar las normativas nacionales, asegurando la homogeneidad, y deben cubrir expresamente aspectos como los modelos de segmentación para la efectiva separación de actividades reguladas y no reguladas, la regulación del acceso de terceros a las redes, o un sistema de retribución que incentive a los operadores.

 • Necesaria adaptación de las normas actuales, como consecuencia de la inyección de gases renovables en la infraestructura de gas (procedimiento de conexiones a plantas de generación de gases renovables, actualización de las Normas de Gestión Técnica del Sistema relativas a los límites de ‘blending’, actualización de los límites de velocidad en el interior de las conducciones… ).

 • Homogeneización de criterios a nivel nacional, para crear una guía única que sirva a su vez a las comunidades autónomas para homogeneizar criterios.

MEDIDAS ADMINISTRATIVAS

En cuanto a las propuestas de CavendishH2 en materia de medidas administrativas, se apuesta por iniciativas que promuevan la agilización y simplificación de los procesos relativos al desarrollo de proyectos de biometano e hidrógeno, reduciendo plazos y simplificando requisitos.

Y a este respecto, se sugiere definir instalaciones de interés general y estratégico, la creación de una ventanilla única, la adopción del silencio administrativo positivo para acelerar la concesión de permisos, eliminar el informe del Operador del Sistema Eléctrico para evitar redundancias, revisar los criterios para de la Evaluación Ambiental, una adecuada dotación de recursos económicos para acelerar la tramitación de expedientes, el fomento de la figura de la Encomienda de Gestión en materia de medioambiente y energía, el desarrollo reglamentario del RDL6/2022 sobre canalizaciones aisladas para gases renovables, y, por último, la simplificación del despliegue de líneas eléctricas directas para producción de hidrógeno renovable.

Finalmente, y en lo tocante al fomento de la tecnología y las infraestructuras, las medidas propuestas en el informe CavendichH2 tienen por objetivo el impulso tecnológico tanto desde el punto de vista de los usuarios finales como desde el de la infraestructura necesaria para alcanzar la madurez del sector. El informe detalla en concreto seis categorías de iniciativas a implementar:

 • Promoción de programas de I+D+i, enfocados al desarrollo de proyectos piloto en el ámbito del hidrógeno renovable y el biometano.

 • Mecanismos de soporte económico e incentivos, enfocados principalmente al avance de las infraestructuras de gases renovables y el fomento inicial de la competitividad de éstos frente a otras fuentes de energía.

 • Modificación de las medidas medioambientales, con el fin de que los gases renovables, y específicamente el biometano, se contemplen dentro de los objetivos de descarbonización.

 • Creación de entidades o asociaciones coordinadoras, con el objetivo de extrapolar a nivel estatal la figura de una entidad aceleradora de proyectos, que además sirva como Punto de Contacto Único entre Estado y comunidades autónomas.

 • Ejemplaridad de las Administraciones Públicas, por medio de la transformación de usos energéticos propios en sus edificios, flotas de autobuses, etc.

 • Identificación de los polos de consumo de hidrógeno, así como el fomento y la incentivación de la creación de Clústers de hidrógeno, que establezcan núcleos de consumo y sean la base para el desarrollo de esta fuente energética