Por Cuper Doval
El impacto de la guerra ha sido enorme en todos los combustibles, pero especialmente para el gas natural. El corte de suministro del gas ruso ha provocado escasez de combustible y un alza en los precios nunca visto: el precio de compra al contado ha superado con frecuencia el equivalente a 250 dólares por barril de petróleo.
Para cubrir el déficit de gas ruso Europa va camino de importar 50.000 millones de metros cúbicos más de gas natural licuado (GNL) en 2022 en comparación con el año anterior, algo que ha sido posible en gran medida debido a la menor demanda de China, a causa del confinamiento por el COVID.
¿IMPULSO O FRENO PARA LA TRANSICIÓN?
Para la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés), la crisis energética es un mensaje claro sobre la fragilidad del sistema energético actual y el World Energy Outlook 2022 (WEO 2022) se plantea si será un frenopara la transición energética limpia o servirá como catalizador de una transición más rápida. La forma de reaccionar de los gobiernos será la clave: algunos se centran en incrementar o diversificar el suministro de petróleo y gas, y muchos procuran acelerar un cambio estructural en su sistema energético apostando por energías limpias.
En el escenario STEPS, que analiza las políticas actuales, las energías limpias se presentan como una gran oportunidad de crecimiento y generación de empleo, y como un ámbito relevante de competencia económica internacional con una inversión superior a los 2 billones de dólares en 2030, lo que supone un aumento de más del 50% respecto a los niveles actuales. En China, los nuevos objetivos siguen estimulando la implantación a gran escala de energías limpias, lo que significa que tanto su consumo de carbón como de petróleo alcanzarán su punto máximo antes de que finalice esta década.
Mientras, en la Unión Europea la aceleración del despliegue de las energías renovables y la mejora de la eficiencia hacen que la demanda de gas natural y petróleo vaya a reducirse en un 20% esta década, y la de carbón en un 50%, un impulso que cobra mayor urgencia por la necesidad de encontrar ventajas económicas y de competitividad industrial más allá del gas ruso.
El WEO 2022 marca un hito en los análisis realizados hasta la fecha por la IEA. Por primera vez, un escenario basado en la configuración de las políticas imperantes dibuja un pico o una meseta en la demanda mundial de cada uno de los combustibles fósiles. Así, en el escenario STEPS, el uso del carbón disminuye en los próximos años, la demanda de gas natural alcanza una meseta a finales de la década, y el aumento de las ventas de vehículos eléctricos hace que la demanda de petróleo se estabilice a mediados de la década de 2030 antes de disminuir ligeramente hasta mediados de siglo.En este escenario, la demanda mundial aumenta menos del 5% entre 2021 y 2030 para luego mantenerse estable en torno a los 4.400 bcm hasta 2050. Las prospectivas para el gas disminuyen por el aumento de los precios a corto plazo, la rápida expansión de las bombas de calor y otras medidas de eficiencia, el mayor despliegue de las energías renovables y la más rápida adopción de otras opciones de flexibilidad en el sector eléctrico, además de, en algunos casos, la dependencia del carbón durante un tiempo ligeramente superior. El crecimiento del gas natural en las economías en desarrollo también se ralentiza, sobre todo en el sur y el sureste de Asia.
La mayor parte de la revisión a la baja de la demanda de gas hasta 2030 en el escenario STEPS de este año responde a una transición más rápida hacia las energías más limpias, aunque alrededor de una cuarta parte se debe a que el gas sale perdiendo frente al carbón y el petróleo.
El elevado precio de los carburantes, la preocupación por la seguridad energética y el objetivo de reducir emisiones es un impulso claro para los combustibles de bajas emisiones según la IEA. Así, la inversión en gases de bajas emisiones aumentará considerablemente en los próximos años.
En el escenario APS (Compromisos Anunciados), la producción mundial de hidrógeno de bajas emisiones aumenta desde los muy bajos niveles actuales hasta superar los 30 millones de toneladas (Mt) anuales en 2030, lo que equivale a más de 100 bcm de gas natural (aunque no todo el hidrógeno de bajas emisiones sustituiría al gas natural). Gran parte se produce cerca del lugar de consumo, pero el comercio internacional de hidrógeno y de combustibles a base de hidrógeno experimentaría un impulso creciente.
Los proyectos de captura, utilización y almacenamiento de carbono también están avanzando más rápidamente que antes, estimulados por un mayor respaldo político para contribuir a la descarbonización de la industria, producir combustibles de bajas o menores emisiones y posibilitar proyectos de captura directa del aire que retiren el carbono de la atmósfera.
Los tres escenarios analizados en el informe se diferencian principalmente por las hipótesis que plantean en relación con las políticas gubernamentales.
Políticas Declaradas (Stated Policies Scenario o STEPS)
Muestra la trayectoria que implica seguir las políticas actuales.
Compromisos Anunciados (Announced Pledges Scenario o APS)
Asume que todos los objetivos anunciados por los gobiernos se cumplen por completo y en los plazos previstos, incluyendo sus objetivos de acceso a la energía y de cero emisiones a largo plazo.
Cero Emisiones Netas en 2050 (Net Zero Emissions by 2050 o NZE)
Traza el camino a seguir para lograr la estabilización del aumento de la temperatura mundial en 1,5 °C y el acceso universal a la electricidad y sistemas modernos de energía para 2030.
1. Las respuestas gubernamentales a la crisis energética actual marcan un importante punto de inflexión hacia un sistema energético más sostenible y seguro.
2. La invasión rusa de Ucrania está provocando una reorientación total del comercio de energía y los flujos de inversión, dejando a Rusia con una posición inferior en el panorama energético global.
3. Desde la Revolución Industrial, el consumo de combustibles fósiles ha crecido a medida que el PIB: revertir esta situación supone un punto de inflexión crucial en la historia de la energía.
4. El aumento de la inversión en energías limpias es vital para mantener abierta la puerta al objetivo de 1,5 °C.
5. La crisis energética es un claro recordatorio de la importancia de hacer que la transición energética sea inclusiva, asequible y segura.