GNL como alternativa al gas ruso



La guerra de Ucrania ha obligado a toda la Unión Europea a buscar alternativas al suministro de gas de Rusia. La apuesta más inmediata pasa por el gas natural licuado (GNL), que está viendo cómo se reactivan y aceleran los planes de puesta en marcha de nuevas infraestructuras para su recepción y almacenamiento. En este contexto, España, que es líder en número y capacidad de terminales de importación, se ha convertido en el gran almacén continental para el GNL, y está jugando un papel relevante como garante de la seguridad energética europea.

Por Juan Carlos Giménez  

Febrero de 2022 señaló el inicio de la guerra en Ucrania, e hizo saltar todas las alarmas de un sistema energético europeo altamente dependiente del gas ruso. La amenaza de desabastecimiento se ha cernido especialmente sobre Centroeuropa, y singularmente sobre Alemania, primera potencia industrial de la UE y tradicional cliente preferencial del hidrocarburo procedente de las estepas siberianas.

Casi inmediatamente al inicio de las hostilidades, los planes alternativos de los dirigentes europeos se dirigieron hacia el GNL, una fuente de energía que abre un amplio abanico de posibles suministradores. Así, y aunque Rusia es con diferencia el país con mayores reservas mundiales de gas, cuando hablamos de su comercio en estado líquido la estadística del año pasado sitúa en los tres primeros puestos del ranking mundial a Australia, con 10,7 bcfd (miles de millones de pies cúbicos equivalentes), Estados Unidos con 10,6, y Catar con 10,5.  

Pero no hay que olvidar que existen otros potenciales proveedores en diversas y muy distantes áreas geográficas: Irán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes o Irak en Oriente Medio; Venezuela en Sudamérica; Argelia, Libia y Nigeria en África; Malasia e Indonesia en el Sudeste Asiático; Kazajistán y Turkmenistán en Asia Central; o la propia Noruega, en las mismas puertas de la Unión Europea. En todo caso, el principal beneficiario de esta búsqueda de alternativas al suministro energético del viejo continente ha sido sin duda Estados Unidos, que se ha convertido en el año 2022 en el segundo proveedor mundial de GNL. Con un 71% de sus exportaciones destinadas al mercado europeo, incluyendo tanto a la UE como al Reino Unido.  

COSTO E INFRAESTRUCTURAS

Ahora bien: aunque encontrar en cualquiera de los cinco continentes un suministrador alternativo al tradicional proveedor ruso pueda ser viable, para los países europeos conlleva dos diferencias sustanciales. Por un lado, se trata de una opción más cara, por requerir un complejo proceso de licuefacción, transporte, almacenamiento y regasificación previa a su consumo final. Y por otro, que implica su llegada por vía marítima, lo que a su vez requiere las correspondientes infraestructuras portuarias e instalaciones para su recepción, depósito y tratamiento, antes de su incorporación a la red gasista. De manera que los países integrantes de la UE no solo han reactivado proyectos de regasificación previamente paralizados, sino que han iniciado el desarrollo de otros nuevos.  

España es líder europeo en número de terminales de importación de GNL, con un total de siete puertos que disponen de infraestructuras de almacenamiento operativas: Barcelona, con seis tanques con capacidad para 760.000 m3; Huelva, con cinco tanques y 619.500 m3 de capacidad; Cartagena, con otros cinco capaces de albergar 587.000 m3; Bilbao, que acoge tres tanques y suma 800.000 m3; Sagunto, donde se localizan cuatro tanques con capacidad para 600.000 m3; El Musel (Gijón), que dispone de dos tanques y 300.000 m3; y Mugardos-Ferrol, de las mismas características (otros dos tanques y capacidad para almacenar 300.000 m3).  

Son, en total, 27 gigantescos depósitos que pueden almacenar más de tres millones de metros cúbicos de gas. Pero es que España cuenta con el soporte logístico adicional de tres almacenamientos subterráneos: Gaviota, el depósito submarino frente a la costa de Bizkaia, con una capacidad total de 2.681 millones de m3, de los cuales son operativos 980 millones; Yela (Guadalajara), con otros 2.000 millones de m3 de capacidad total y 1.050 operativos; y Serrablo (Huesca), con 1.100 millones de m3 totales y 680 millones operativos.  

Las siete terminales portuarias sitúan a España a la cabeza de Europa en cuanto a capacidad de recepción de GNL, seguida de Francia, que dispone de cuatro y una más en construcción, e Italia, con tres operativas y otras tres previstas.  

Los Países Bajos disponen de dos terminales, mientras que Grecia y Polonia tienen una, si bien el país heleno tiene cuatro más en proyecto, frente a una sola Polonia. Alemania acaba de poner en servicio dos terminales flotantes, y tiene otras dos en cartera. Entre los países que no disponen actualmente de este tipo de instalaciones, tanto Irlanda como Estonia tienen previstas dos. Y hay también un buen número de proyectos consistentes en la ampliación de la capacidad y el aumento del rendimiento de las terminales ya existentes.

TERMINALES FLOTANTES

Por otro lado, este proceso de regasificación de Europa se puede complementar a través de una alternativa más rápida y barata en su despliegue inicial que las grandes terminales de recepción de gas, como es el alquiler de las llamadas unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU, por sus siglas en inglés).  

España ha aprovechado su amplia red de plantas regasificadoras para incrementar significativamente sus reexportaciones de GNL hacia sus socios europeos. Según el informe sectorial 2022 que elabora anualmente Enagás GTS, el sistema gasista español se consolidó el año pasado como referente en cuanto a seguridad del suministro para Europa gracias a su robusta red de infraestructuras. Las recargas de buques de GNL desde terminales españolas aumentaron en un 45% respecto al ejercicio precedente.  

Italia es el mercado de destino que ha tomado mayor protagonismo por estar haciendo un uso intensivo de las FSRU. Se habla ya de “puente marítimo” o de “gasoducto virtual” para describir el continuo trasiego de GNL entre España e Italia a través de pequeños barcos metaneros que cargan en las regasificadoras españolas, singularmente en la de planta de Barcelona, donde se han llevado a cabo obras de adaptación de un segundo pantalán con el objetivo específico de incrementar aumentar la capacidad del flujo exportador a Italia.  

Las exportaciones de gas a Italia se multiplicaron por 14 en agosto, hasta alcanzar 2.549 GWh, la mayor cifra hasta la fecha, y situando al país transalpino como principal receptor de las exportaciones españolas, con el 36,4% del total. Desde julio se han realizado al menos 34 cargas con destino a Italia. Y este incremento en el flujo de GNL entre los dos países ha hecho que se comience a pensar en que el “gasoducto virtual” ítalo-español se convierta en una infraestructura real, que conecte las plantas gasistas de Barcelona con las italianas de Panigaglia y Livorno.  

Además de esta conexión gasista hispanoitaliana, a mediados de diciembre se inició una experiencia similar con Alemania desde la planta regasificadora de Saggas, en Sagunto (Valencia). Se trató en concreto de una carga de 167.000 metros cúbicos de GNL al buque “Hoegh Esperanza”, con destino al puerto germano de Wilhelmshaven para facilitar la puesta en marcha de su regasificadora flotante. Una nueva muestra de la capacidad del sistema gasista español para contribuir de forma solidaria a garantizar el suministro de gas natural a Europa.  

Saggas está participada por Enagás Transporte, Osaka Gas UK y Oman Oil Holdings Spain. La planta dispone de una capacidad de almacenamiento de 600.000 m3 en sus cuatro tanques, y de 1.000.000 m3/hora en regasificación. Y es una infraestructura energética clave, por su ubicación estratégica en el arco mediterráneo y por su proximidad a países productores de África y Oriente Medio.  

CONTRATO CON RWE

En esta misma línea de suministro con destino a Alemania, la compañía gallega Reganosa ha resultado adjudicataria de un contrato para la operación y mantenimiento de una nueva planta flotante, impulsada por la segunda mayor compañía energética del país germano, RWE, que está ubicada en Brünsbuttel, en la desembocadura del río Elba.  

El complejo liderado por RWE consta de una regasificadora flotante, perteneciente a la naviera Höegh, y un ramal de tres kilómetros de conexión con la red de alta presión de los gasoductos del país. La unidad tiene capacidad para almacenar a bordo hasta 170.000 m3de GNL, así como para emitir a la red actualmente cinco bcm de este mismo combustible. Reganosa trabaja además en el asesoramiento para la puesta en marcha de otra planta de regasificación flotante, en ese caso ubicada en la localidad germana de Lubmin.  

 A lo largo del año 2022, España ha contribuido a la seguridad de suministro del resto de Europa con récords de envío de gas a través de las conexiones internacionales. Al cierre del ejercicio se contabilizaron un total de 125 operaciones de recarga en terminales españolas, lo que supone un incremento de más del 45 % respecto al número de operaciones realizadas en 2021.  

Aun así, España tiene capacidad para seguir incrementando la reexportación de gas a Europa en caso de ser necesario. Según fuentes de Enagás, el sistema gasista español está en disposición de trasladar hasta 8.500 millones de metros cúbicos (8,5 bcm) al año tras la última ampliación de los dos gasoductos existentes con Francia, además de otros 4 bcm adicionales por barco desde las plantas de regasificación. Con las plantas regasificadoras a máximo rendimiento, se podrían sumar casi otros 10 bcm adicionales, y elevar la cantidad redirigida hasta los 20 bcm/año (aproximadamente un 13% del volumen de gas que compra Europa a Rusia).  

PROYECTOS EUROPEOS PARA UN 34% MÁS DE CAPACIDAD DE IMPORTACIÓN

La capacidad de importación de GNL por parte de la Unión Europea y el Reino Unido crecerá en un 34 % al final 2024, lo que equivale a 6.800 millones de pies cúbicos por día (6,8 Bcf/d), si se toma como referencia el año 2021, según datos del grupo internacional de importadores de gas natural licuado (GIIGNL). El potencial de regasificación en la UE-27 y el Reino Unido aumentó moderadamente en los últimos 10 años, apenas un 16% (2,8 Bcf/d) entre 2012 y 2021, según la misma fuente.  

La guerra de Ucrania ha reactivado el desarrollo de proyectos previamente inactivos o paralizados, y han promovido el desarrollo de otros nuevos. Muchos de estos últimos se implantarán con relativa rapidez a través de unidades flotantes de almacenamiento y regasificación o la construcción de gasoductos en tierra. En otros casos se ampliará la capacidad en las terminales ya existentes e implementarán actualizaciones para aumentar la operatividad de las terminales existentes. A lo largo de 2022 la capacidad de regasificación se incrementó en torno a 1,7 Bcf/d en los Países Bajos, Polonia, Finlandia, Italia y Alemania. Las terminales en construcción a finales del año pasado en siete países de la UE podrían agregar 3,5 Bcf/d adicionales antes del cierre de este ejercicio.  

• Alemania está desarrollando tres nuevas terminales flotantes, que agregarán 1,4 Bcf/d de capacidad de regasificación, en Lubmin, Brunsbuttel y Wilhelmshaven.  

• Polonia ampliará la capacidad en la terminal de regasificación de GNL existente en ÅšwinoujÅ›cie en 0,2 Bcf/d para alcanzar una capacidad total de 0,8 Bcf/d en diciembre de 2023.  

• Francia agregará 0,4 Bcf/d de capacidad utilizando un buque FSRU en el puerto de Le Havre, que se espera que entre en funcionamiento en el otoño de 2023.  

• Finlandia y Estonia están poniendo en marcha conjuntamente una terminal flotante en el puerto finlandés de Inkoo, que añadirá 0,5 Bcf/d de capacidad.  

• Italia prepara un buque terminal FSRU cerca del puerto de Piombino, que sumará 0,5 Bcf/d de capacidad.  

• Grecia pondrá en línea otra terminal flotante en el puerto de Alexandroupolis para fines de 2023, con 0,5 Bcf/d de capacidad.  

 

EE.UU. TOMARÁ EL RELEVO COMO PRINCIPAL SUMINISTRADOR PARA EUROPA

Entre enero y noviembre de 2022, las importaciones gasistas europeas procedentes de Rusia (incluyendo gas natural y GNL) representaron menos de una cuarta parte del total. Otra cuarta parte procedía de Noruega, y el 11,6 %, de Argelia. Las importaciones de GNL (principalmente de los EE.UU., Catar y Nigeria) fueron del 25,7%.

En ese mismo periodo, el gas importado desde Europa de procedencia norteamericana superó los 50.000 millones de metros cúbicos, una cifra que representa más del doble que los algo más de 22.000 millones de m3 registrados en el conjunto de 2021.  

Estas cifras ratifican las conclusiones de un informe publicado en septiembre pasado por el Instituto de Economía Energética de la Universidad de Colonia (EWI). La principal de las cuales era que los EE.UU. van a tomar el relevo de Rusia como principal suministrador de gas, tanto en el caso particular de Alemania como para el conjunto de la Unión Europea.  

En el estudio, titulado “Desarrollo de los mercados mundiales de gas hasta 2030”, se describe la reorientación del suministro de este combustible tras la invasión rusa de Ucrania.  

Nuevos desafíos

Pero la alternativa de sustituir el gas natural llegado desde Rusia a través de gasoducto por el GNL norteamericano transportado por mar comporta nuevos desafíos, el principal de los cuales es precisamente una mayor diversificación a largo plazo de las fuentes de suministro, que los haga más sostenible y seguro.  

Según el estudio de la universidad alemana, la demanda europea de GNL aumentará significativamente en el probable caso de que las importaciones rusas se interrumpan indefinidamente. Si se paralizaran permanentemente, los tres sistemas de gasoductos actualmente operativos desde Noruega, Azerbaiyán y Argelia deberán operar a plena capacidad, pero un aumento en sus volúmenes de entrega presenta considerables limitaciones.  

Así, se esperas que Noruega pueda aumentar su producción hasta 2028, para seguidamente reducirla después de esa fecha. En cuanto a los países exportadores del norte de África, su crecimiento económico esperado en los próximos años impulsará una mayor demanda interna de energía que redundará en menores exportaciones. En todos los escenarios examinados, las importaciones estadounidenses aumentarán significativamente, de forma que la Unión Europea pasará a convertirse en uno de los principales mercados para el GNL norteamericano. Y es que, analizando otras alternativas de suministro, el incremento de las importaciones desde uno de los principales productores mundiales, como es Catar, parecen limitadas. Lo mismo cabe decir en el caso de Australia o Canadá, cuyas estrategias exportadoras están más orientadas al mercado asiático.  

Exportación norteamericana en 2022

La creciente relevancia del destino europeo se ha puesto de manifiesto con las cifras oficiales de exportaciones de GNL norteamericano. Según datos publicados por EIA (Energy Information Administration, el organismo de estadística y de análisis en el Departamento de Energía de los Estados Unidos) las exportaciones estadounidenses de gas natural licuado (GNL) promediaron 10,6 mil millones de pies cúbicos por día en 2022, aumentando un 9% en respecto a 2021. Este incremento fue impulsado en buena medida por la fuerte demanda europea, cuyas compras crecieron un 141% respecto al año anterior.  

De esta manera, Europa se convirtió el pasado año en el principal destino de las exportaciones estadounidenses de GNL, con un 64% del total. Cuatro países -Francia, Reino Unido, España y Países Bajos- representaron conjuntamente el 74% de las ventas de gas estadounidense de al Viejo Continente. En 2022, Europa aumentó las importaciones de gas procedente de los EE.UU. hasta un máximo histórico de 14,9 mil millones de pies cúbicos por día (media anual), un 65% más que el año anterior.  

Al igual que en 2021, tres países -Estados Unidos, Catar y Rusia- suministraron el 73% de las compras europeas. Excluyendo el comercio intrarregional, los 3,8 mil millones de pies cúbicos por día de GNL restantes fueron suministrados por otros 14 países. La capacidad de importación de GNL de Europa aumentó en 2022. Y se prevé que siga creciendo significativamente hasta 2024, cuando se habrá incrementado en un tercio más sobre el nivel actual, a medida que se añadan nuevas instalaciones de regasificación y se amplíen las terminales existentes. Frente al fuerte crecimiento del mercado europeo como destino del gas licuado norteamericano, las exportaciones estadounidenses a Asia disminuyeron un 46% el pasado año. La reducción más notable se produjo en el caso de China, cuyas compras cayeron un 78%. Por su parte, las exportaciones estadounidenses a América Latina disminuyeron un 62% en 2022.