Si pensamos en soluciones energéticas renovables para reducir las emisiones de CO2 en sectores de difícil electrificación, el biogás, proveniente de materias primas orgánicas, resulta un buen candidato, gracias a su origen 100% sostenible y a sus propiedades químicas que permiten aprovechar las infraestructuras actuales de gasoductos para su inyección a la red y garantizar así su transporte.
La apuesta de Shell por el Gas Natural Renovable (GNR) se extiende, desde los productos energéticos que comercializan, gracias a su potencial de disminuir la huella neta de carbono en un 30% para 2035 y en un 65% para 2050, hasta sus propias operaciones de transporte y las de sus clientes, utilizando BioGNL, reduciendo la huella de carbono hasta en un 80-95% y ayudando a cumplir con los objetivos de sostenibilidad.
La incorporación del biogás a la cadena de valor va más allá de cumplir con los ODS. Permite producir materias primas sostenibles de utilidad, no solo para la empresa productora, sino también para empresas de otros sectores, como el agropecuario. En la práctica, Shell ha incorporado nuevas tecnologías para reciclar los residuos orgánicos y reutilizarlos como fertilizantes (digestato) y aceites o cultivos no comestibles (biomasa celulósica). Además, con la premisa de que la intensidad de carbono de sus productos va a depender de las materias primas que se elijan, Shell trabaja con expertos para incorporar las mejores prácticas en el cuidado y el bienestar de los animales, lo que resulta fundamental para poder hacer uso del estiércol como materia prima y principal fuente del combustible renovable.
En Europa, la producción de biometano ha experimentado un notable crecimiento en la última década con un aumento de casi el 30% en el número de plantas de biometano en 2023 en comparación con 2021. Esta es una señal sobre los esfuerzos de la industria en el aumento de la producción e impulsar así una mayor aceleración para alcanzar el objetivo de 35 bcm para 2030, propuesto por la Comisión Europea en el plan REPowerEU.
Shell ha incorporado en el último año 14 plantas de biogás tras la adquisición de Nature Energy -el mayor productor de gas natural renovable de Europa- equivalentes a una producción de alrededor de 6,5 millones de MMBtu/año; lo que, este volumen sumado al portfolio de trading de GNR ya existente en Europa, respaldará los esfuerzos de Shell para hacer la transición de su creciente base de clientes europeos de GNL a BioGNL, con un suministro destinado a abarcar clientes de diversos sectores.
En definitiva, el biogás como una solución energética renovable es una oportunidad para las grandes industrias en muchos sentidos, no solo para cuidar al medioambiente, sino para una transformación hacia una actividad industrial verde y circular, beneficiando a otros sectores e impulsando el progreso.
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