Por Pilar Ortega
¿Cuál fue su reacción al saber que había merecido el Premio de la Energía?
Para mí es un gran honor. Es un premio de una entidad importante que aglutina a todo el sector energético, un galardón que reconoce un trabajo profesional y eso no me puede producir más que orgullo. Ahora me siendo raro cuando me hacen entrevistas, porque normalmente soy yo el que hace las preguntas.
¿Cómo valora el momento actual del sector energético?
Es un momento muy interesante para abordarlo periodísticamente y, desde el punto de vista del sector, es muy volátil. Es un mundo muy complejo que se ha colado en el debate público, aunque a la gente le resulta complicado entender determinadas cosas. Por ejemplo, el precio del megawatio hora y sus subidas y bajadas produce más miedo del necesario. Se genera una gran alarma. Seguramente, si el Gobierno no hubiera tomado determinadas medidas, hubiera hecho más daño al recibo y a los precios. Lo cierto es que la luz está disparada y que estamos a las puertas del invierno. La tormenta está aquí.
¿Queda mucho por hacer en el periodismo especializado en energía? ¿Cuáles son sus carencias?
Es un sector muy complicado y la gente se queda con ideas muy simples. Por eso, los periodistas tenemos que poner orden en la madeja y hacer que se comprendan las características del sector. Hay que hacer un buen trabajo de divulgación sin perder, eso sí, el rigor que exige la información económica.
¿Cuáles son las ventajas del gas frente a otras formas de energía?
El gas va a tener un papel relevante en la transición energética, si bien la electricidad pasa por ser la protagonista del sector y copa los grandes titulares, pero el gas, no hay que olvidarlo, ofrece muchas posibilidades, especialmente en la movilidad.
Dígame algún ejemplo.
El gas es ideal para mover flotas de camiones de basura, flotas de autobuses… Es en la movilidad pesada donde tiene un gran potencial. Y se está trabajando mucho en la movilidad de los barcos.
Aunque se ha especializado en información económica, antes se ocupó de la información política en la agencia Efe. ¿Cómo fue ese trasvase?
Llevo en Efe 21 años y los primeros 10 estuve haciendo información de política catalana. Era la etapa en que se aprobó el Estatut y yo escribía información parlamentaria, de partidos políticos, de instituciones… El mundo de la política es muy complicado y tenía ganas de dar el salto a la economía. Ahora, en mi sección elaboro temas energéticos, pero también de empresas farmacéuticas, químicas, de alimentación… informo de la política económica del Gobierno catalán… Es un trabajo muy variado.
Dicen que la política es el arte de gestionar la economía. Y que ahí radican las diferencias entre los partidos políticos.
Efectivamente, hay partidos que en materia medioambiental son más exigentes que otros. Siempre hay diferencias. Pero lo que está claro es que todos tienen que afrontar la transición energética, porque hay que llevar a cabo una serie de cambios y avanzar hacia energías renovables.
¿Cree que podremos cumplir los compromisos que exige Europa de descarbonización?
Será un camino complicado porque queda mucho por hacer. Hay mucha dependencia todavía de las nucleares y el desarrollo de las energías renovables es muy incipiente. No hemos cogido velocidad todavía. Está el debate, pero falta recorrido. Hay mucha dependencia todavía de los combustibles fósiles. Se habla mucho del coche eléctrico pero en los aparcamientos no hay cargadores… Es complicado.
¿Considera que vivimos un buen momento para el periodismo?
La situación del periodismo hoy es difícil. La transición del papel a lo digital no ha sido rentable y esto ha hecho que los medios hayan reducido plantillas. Cada vez hay más precariedad y eso obliga a depender informativamente de los gabinetes de prensa de las compañías. Cada vez hay menos medios para hacer información de calidad. Eso es consecuencia del mercado. Si la información no se paga, es peor.
¿Cree que vivimos tiempos de desinformación?
Sin duda. Tenemos una falsa sensación de estar bien informados, pero el cúmulo de información no siempre quiere decir que tengas la información veraz y detallada de la realidad. Vale más leer pocas cosas fiables y trabajadas que tener un exceso de información de fuentes dudosas.
¿De qué le gusta escribir más?
Me encanta escribir de temas energéticos, pero la política económica y fiscal me gustan mucho. Cambiar de registro te proporciona una visión de conjunto, pero se reduce el grado de especialización.
Fuera del ámbito periodístico, ¿cuáles son sus aficiones?
Me gusta mucho el deporte y suelo jugar una vez por semana al fútbol o al paddle. También me encanta viajar, pero con niños pequeños resulta más complicado. Por eso, temporalmente me he quitado esa necesidad y la compenso con actividades de ocio familiares. Con dos niños de 8 y 5 años ya estoy entretenido.
¿Cómo cree que será la energía del siglo XXII?
Tiene que ser renovable y sostenible a la fuerza por la supervivencia del planeta. Habrá que ver lo que tardan los países y el mundo para hacer esa transición para eliminar las energías fósiles. La transición va a llevar tiempo, pero en el siglo XXII la energía tiene que ser forzosamente limpia.