Por Unai Prieto
Fue elegida presidenta de ASPAPEL en 2020, ¿cómo han sido estos primeros meses en el puesto?
La verdad es que estamos viviendo una situación inédita y de tal magnitud que nos está obligando a reinventarnos. Desde el sector papelero, conscientes de nuestro carácter de industria esencial, nos hemos enfocado inicialmente en atender la demanda y garantizar el suministro de los productos de higiene y limpieza, de los envases y embalajes de productos de primera necesidad (comida, bebida, medicinas, vacunas…) o de los papeles gráficos para la comunicación y el ocio. Para ello, la casi totalidad de las 79 fábricas de celulosa y papel se han mantenido en funcionamiento durante toda la pandemia. La existencia de una fuerte industria papelera nacional, que en el periodo 2015-2020 había invertido 2.000 millones de euros en incrementos de capacidad y en innovación tecnológica y medioambiental, ha permitido evitar el desabastecimiento de estos productos esenciales. Paralelamente, trabajamos por la reconstrucción económica, con la que estamos comprometidos. Y en los próximos tres años hemos propuesto al Gobierno acometer un plan de inversiones estratégicas por valor de 1.400 millones, el cual impulsará la transformación de la cadena del papel española en un referente internacional de industria circular y descarbonizada.
El sector papelero el 4,5% del PIB español, una cifra muy importante.
Creo que en estas difíciles circunstancias ha quedado patente la importancia y solidez de nuestro sector.Si algo ha dejado claro la COVID-19 es la importancia de contar con una industria local potente y sostenible, con cadenas de valor completas en proximidad que eviten el desabastecimiento de productos básicos. En el caso del sector papelero, si nuestra cadena de valor no hubiera sido capaz de asegurar el suministro se habría generado un grave problema logístico, un desabastecimiento generalizado. La facturación global de esta cadena de valor del papel (directa, indirecta e inducida) supone el 4,5% del PIB español, el 18,5% del empleo industrial y el 2% del empleo total. Con el 8,8% de la producción industrial, generamos el 13,2% del valor añadido de la industria.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector?
Los grandes retos de nuestra industria en la actualidad son la necesaria descarbonización, con la que estamos firmemente comprometidos, y el diferencial de precios de la energía con nuestros competidores del resto de Europa y del mundo. Los costes energéticos suponen un 30% de los importes totales del sector. Y los altos precios de la energía, un hándicap tradicional en nuestro país, no solo se mantienen, sino que se están incrementando con alzas en los precios del gas y con máximos históricos en el precio de la electricidad.
¿Qué importancia tiene el material reciclado en la producción de papel en España?
España es el segundo país más reciclador de papel y cartón de la UE en volumen, superado solo por Alemania. Gracias a esta gran capacidad recicladora, la industria papelera española garantiza el reciclaje en nuestro país de todo el papel y cartón recogido selectivamente que cumpla con los estándares europeos de calidad. En 2020, el año de la pandemia, las fábricas papeleras españolas reciclaron 5,1 millones de toneladas de papel usado, un volumen semejante al de 2019. La tasa de reciclaje se sitúa en el 78%, con un crecimiento de más de tres puntos.
¿Cuál cree que es la clave de este éxito?
Este éxito del reciclaje en España es posible por la concurrencia de dos factores: un sistema de recogida monomaterial de papel usado altamente eficiente, gracias al gran trabajo de los ayuntamientos y a la colaboración masiva de la ciudadanía, y una industria papelera con una gran capacidad recicladora. Actualmente el foco de mejora está puesto en la calidad del material recogido. Se están dando grandes pasos para evitar la presencia de impropios en los contenedores azules por parte de los ayuntamientos, que están implantando sistemas de control de calidad del papel y cartón recogido, mejorando el diseño de los contenedores…
¿Cómo puede afectar a la industria del papel la progresiva reducción del uso de elementos de plástico?
Según la Encuesta del papel 2020, realizada por Sigma Dos, el 85% de los consumidores quiere que el uso de productos papeleros se incremente sustituyendo a otros materiales (65%) o se mantenga (20%). Y los productos papeleros obtienen una alta valoración del 7,8 sobre 10, con la reciclabilidad (8,5) y la biodegradabilidad (8,1) como características más valoradas. Los consumidores del siglo XXI buscan bioproductos naturales, renovables, reciclables y biodegradables que sean bajos en carbono. Por ello, el papel está sustituyendo crecientemente en numerosas aplicaciones a productos intensivos en carbono procedentes de fuentes no renovables.
¿Cómo han abordado las empresas de su sector la transformación industrial dentro de la nueva economía circular?
La circularidad está en el ADN de la industria papelera, que ha invertido y sigue invirtiendo en capacidad y calidad de reciclaje. Nuestra industria se caracteriza por una insólita doble circularidad que aúna la circularidad natural de una materia prima renovable como la fibra de celulosa, procedente de madera de plantaciones, con la circularidad social del reciclaje, ya que los productos papeleros son reciclables y se reciclan masivamente. Otro signo distintivo de la industria papelera española es el uso de materias primas locales: el 97% de la madera utilizada procede de plantaciones españolas y el 71% del papel usado que recicla nuestra industria se recoge en nuestro país. Esas materias primas locales se transforman industrialmente en las diez fábricas de celulosa y 69 fábricas de papel que el sector tiene en España, creando valor añadido.
¿Qué energía se utiliza para la fabricación de papel?
Somos una industria electrointensiva y calorintensiva. Necesitamos electricidad para mover la maquinaria y energía térmica para secar la celulosa y el papel, por lo que la cogeneración es la tecnología ideal al aprovechar al máximo el combustible utilizado. Y somos también una industria gasintensiva, ya que el mix de combustibles del sector es en estos momentos un 64% de gas natural, un 34% de biomasa y un 2% de fuelóleo.
¿En qué procesos se utiliza el gas natural en la industria papelera?
El gas natural es el combustible fundamental en las cogeneraciones del sector en estos momentos. También lo utilizamos en calderas auxiliares para generación de calor.
¿Qué relevancia tienen las instalaciones de cogeneración en las instalaciones de fábricas de papel?
Nuestro sector produce la energía térmica y eléctrica necesaria para el proceso de fabricación en plantas de cogeneración de alta eficiencia instaladas al lado de las fábricas. La cogeneración ahorra energía primaria (más del 10%) y reduce las emisiones. Es la principal herramienta de eficiencia y competitividad energética industrial con que contamos hoy en día los sectores calorintensivos. Y en ese sentido, la pronta celebración de las largamente esperadas subastas de régimen retributivo de cogeneración y su correcto diseño es crucial para la continuidad de gran parte de estas instalaciones.
¿Existe a corto plazo alguna alternativa viable al uso de gas natural en el sector?
Segúnun recientísimo estudio realizado por ACOGEN, COGEN España y Everis, en esta misma década las tecnologías de cogeneración estarán preparadas para implementar el desarrollo de los gases renovables. Tecnológicamente, según este estudio, la cogeneración con hidrógeno es una realidad y ya hay motores y turbinas aptas para su consumo. Las limitaciones vienen del progreso de las alternativas ahora incipientes de generación del H2, tanto de generación local como en redes específicas, y de la capacidad de adaptación de las redes de transporte y distribución de gas natural existentes. Pero hasta que los biocombustibles y el hidrógeno sean alternativas competitivas para la industria, el gas natural es y debe seguir siendo el combustible de transición a preservar. En particular, su uso eficiente en la cogeneración debería ser el último gas que se sustituye en España.
Ahora la industria española y europea de la celulosa y el papel está inmersa en la llamada Hoja de ruta 2050, ¿en qué consiste este plan?
Ya en 2011 la industria papelera española y europea lanzó su Hoja de ruta 2050 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y en 2017 la revisión de la Hoja de ruta puso el foco en cómo realizar las necesarias inversiones para liderar la bioeconomía baja en carbono. En noviembre de 2019 ASPAPEL, en representación de la industria papelera española, figuró entre los más de 30 firmantes de la iniciativa de los CEO de la industria europea de la celulosa y el papel, que perfila la contribución y los planes del sector para alcanzar en 2050 la neutralidad climática en Europa y declara su apoyo y compromiso con la descarbonización. La declaración fue entregada en Bruselas a la Comisión Europea. ASPAPEL trabaja ahora en un programa para asegurar que las empresas papeleras españolas afronten con éxito la transformación tecnológica que requiere su descarbonización, con especial foco en la demanda térmica.
¿Puede ser el gas renovable (biometano, biogás e hidrógeno) una oportunidad de mercado para lograr esos objetivos de reducción de emisiones?
Efectivamente. El plan de inversiones estratégicas para los próximos tres años de la industria papelera española incluye proyectos encaminados a la sustitución del gas y los combustibles fósiles por combustibles renovables e hidrógeno verde en las cogeneraciones (ecogeneración); la incorporación de biogás e hidrógeno verde como combustibles con impacto neto nulo para cubrir la demanda de energía térmica en la producción de celulosa y papel.
¿A qué necesidades energéticas se enfrenta el sector papelero? ¿Y a medio-largo plazo?
Descarbonización y competitividad deben ir de la mano. Y esa es la cuadratura del círculo a que nos enfrentamos. La energía supone, como ya hemos comentado, la tercera parte de los costes del sector. Con los costes energéticos al alza, batiendo récords, necesitamos urgentemente un marco normativo que nos dé certidumbre y un entorno de costes energéticos competitivos para poder abordar la descarbonización. Nos preocupa que el foco esté puesto casi en exclusiva en la demanda eléctrica y en la electrificación, obviando que mucha de la demanda térmica industrial nunca podrá ser electrificada.
¿Cómo puede afectar el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) a la industria papelera?
Es urgente una respuesta integral y coordinada desde los distintos ministerios al creciente y tradicional problema de los altos costes energéticos que lastran la competitividad de la industria española en su conjunto. Se han puesto en marcha algunas iniciativas positivas, aunque insuficientes, como la suspensión temporal del IVPEE (Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica), que esperemos que se convierta en definitiva. Otra buena noticia ha sido el estatuto de los consumidores electrointensivos, en la buena dirección, pero otra vez insuficiente y que debe reforzarse con mayor ambición.Y respecto al FNSSE, creemos que sin duda es bienintencionado al plantear extraer cargos de los costes soportados en la tarifa eléctrica, pero requiere cambios antes de su aprobación pues en su diseño actual supondría un incremento dramático de los costes energéticos para la industria en general y la industria papelera en particular que reduciría nuestra competitividad.