Por Pilar Ortega
¿Cómo ha encajado el premio de Enerclub?
Para mí ha sido una auténtica sorpresa porque creo que en temas de energía soy todavía una aprendiz. Tengo mucho camino por recorrer, muchas crónicas por escribir y muchos actores de la industria por entrevistar. Creo que estoy en pañales, pero esto es un impulso para descubrir que el camino elegido es el correcto y, aunque tengo todavía mucho por hacer, tengo unas herramientas importantes, mi pluma y mi voz, para contar historias y acercar el mundo de la energía a todo tipo de públicos y hacerlo más cercano y más entendible.
Y que los mortales podamos entender este complejo mundo…
Sí, un mundo que nos tiene en vilo, sobre todo por el precio… pero que tiene otras implicaciones relacionadas con el cambio climático, la dependencia energética y la garantía de suministro, la creación de empleo, la aplicación de nuevas tecnologías y, para mí, es un reto el poder acercarlo a todos los mortales.
Lo que antes era materia de suplementos de economía hoy es de las conversaciones de la calle.
El tema de la energía ha saltado a nuestro día a día desde hace dos años con la guerra de Ucrania y vimos que los precios se disparaban de forma meteórica. Todos oíamos hablar de problemas con el suministro energético en Europa. Y es que además cuando nos tocan al bolsillo, somos mucho más sensibles y levantamos mucho más la antena porque necesitamos comprender para tomar decisiones que nos afectan. Lo que ha pasado con la energía se puede trasladar a la inflación con esta última crisis o a las hipotecas. A base de golpes y a base de crisis, aprendemos economía.
¿Son necesarios estos reconocimientos?
Este premio es un reconocimiento al trabajo que estás realizando y reconoce que lo estás haciendo bien. Es un premio de gente muy top de la industria que cree que puedes hacer mucho por comunicar de forma sencilla lo que está pasando con la energía.
¿Nunca te has tenido la tentación de cambiar de terreno en el campo periodístico?
No. A mí no me parece un mundo árido si logras entenderlo y tienes fuentes que te lo puedan explicar de forma muy sencilla. Y si tienes la capacidad de sintetizar cuáles son los puntos clave en cada momento: la distribución, el almacenamiento, los precios, la tecnología, la eficiencia... lo disfruto y estoy cómoda con esos temas energéticos, aunque me suponen un reto. Entiendo que soy contadora de historias. Sólo hay que trabajar.
La suya es una larga trayectoria…
Sólo me quedan los nuevos canales de comunicación, como probar TikTok (risas). Pero he hecho prensa, televisión y radio y ha sido en la radio donde he desarrollado la mayor parte de mi trayectoria profesional. He pasado por RNE, COPE, EsRadio y ahora Radio Intereconomía. Llevo 12 años liderando las mañanas. Estoy más cómoda con la información económica, de finanzas, de inversión y ahorro. Me encanta la actualidad y me siento muy bien con el formato radio, aunque también disfruto con la prensa digital y ahora con los podcasts.
¿Cómo ve el futuro de la energía?
Las energías renovables y, en particular, los gases renovables van a tener una mayor presencia en el consumo de hogares y de empresas e industrias, por costes, por cumplimiento con los objetivos de desarrollo sostenible y también por depender menos del exterior. España tiene un potencial enorme para generar biometano, por ejemplo, y hay que aprovecharlo para convertirnos en un auténtico hub europeo y poner en valor nuestras capacidades.
¿Y qué piensa del hidrógeno verde?
Me gusta, pero más el biometano a fecha de hoy. El hidrógeno verde es un gas renovable, pero para el futuro; y el biometano es un gas natural renovable de presente que podría ser utilizado para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, reducir nuestra factura energética y nuestra dependencia energética del exterior.
Está claro que vivimos tiempos convulsos…
La energía, la economía y el mundo entero están viviendo tiempos convulsos. Llevo viviendo momentos así desde hace 20 años. Desde que hago información económica, he vivido muchos hitos importantes para la economía, la sociedad y la política, tanto nacional como internacional. En los últimos años tenemos la guerra de Ucrania y ahora también el conflicto entre Israel y Hamas. Vivimos la crisis del acceso a la vivienda y las hipotecas, la llegada de la inteligencia artificial… Así es la vida y el mundo.
¿Cree que hay muchos mensajes apocalípticos en el mundo de la economía?
En general, lo malo vende más y a veces es más fácil contar una noticia de un ERE que hablar de la instalación de una planta de biometano que genera puestos de trabajo. No sé si son sesgos, costumbres o hábitos. Desgraciadamente, lo dramático y lo histriónico vende mucho más.
¿Estamos concienciados de que la transición energética va en serio?
Tenemos una mayor conciencia medioambiental por nuestro planeta. Nosotros y las empresas. Pero cuando enfrentas el compromiso medioambiental a los costes, chirría, porque no sé cuántos estarían dispuestos a seguir con este compromiso si el bolsillo duele. Todos queremos bueno, bonito y barato. Las tecnologías, además, necesitan su periodo de adaptación.
¿La energía influye en la cesta de la compra?
La energía, al final, está presente en todos los aspectos de nuestra vida. Cuando cojo el coche para ir a la compra y cuando el transportista lleva la mercancía del campo a la fábrica y de la fábrica al supermercado, todo eso encarece el precio final para el consumidor. En economía no hay cajones individuales. Todo está conectado. Mueves cualquier palo y afecta a toda la cadena.
¿Cree que llegaremos a ser una potencia en biometano?
Estamos muy por detrás de países de nuestro entorno como Francia o Alemania. La lástima es que en España tenemos todavía muy pocas plantas productoras de biometano a pesar de que tenemos un gran potencial atendiendo a la cantidad de residuos que generamos y que una tecnología madura y ya probada nos permitiría aprovechar para producir más energía renovable. El biometano es una realidad: por ejemplo, con la misma caldera que tenemos en casa, sin cambiar nada, podríamos usarlo ya para descarbonizar nuestro consumo actual de energía.
¿Confía en que lograremos el objetivo fijado por Europa de la neutralidad climática en 2050?
Yo, por naturaleza, soy optimista. Creo que tendremos que correr en el último minuto y la recta final será intensa, pero creo que seremos capaces.
Piense en algún personaje de la Historia que le dé buena energía.
Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía y padre de la economía del comportamiento. Él decía que la información importa cuando uno acomete una inversión, pero que importan más las emociones y los miedos, tu trayectoria personal, lo que hayas visto o hayan vivido tus padres o abuelos, y es muy bonito porque la economía es mucho más que números y las personas añadimos nuestras emociones.
¿Y un personaje vivo con buen rollo?
La actriz Candela Peña. Acabo de ver la serie ‘El caso Asunta’ y me parece que ha hecho un papelón y era una actriz que no me convencía del todo, pero después de verla como madre de Asunta, he visto a una actriz total, plena de energía, que se ha metido en el personaje de una manera increíble y lo ha bordado.