El uso de gas natural, tanto en edificios como especialmente en vehículos, es una de las medidas más determinantes para mejorar la calidad del aire de las ciudades y reducir sus niveles de contaminación.
Según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) hasta 30.000 personas mueren en España al año por enfermedades relacionadas con la mala calidad del aire de nuestras ciudades. Fallecimientos que se elevan hasta los 400.000 en la Unión Europea, como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). A esto hay que añadir las innumerables afecciones y enfermedades respiratorias y cardiovasculares que provoca la contaminación urbana.
En este contexto, el uso de gas natural es una solución real y asequible para mejorar la calidad del aire de forma rápida y eficiente, ya que su uso como combustible para vehículos y en edificios genera muchas menos emisiones que combustibles como la gasolina, el gasóleo o el carbón.
Vehículos de gas natural
Teniendo en cuenta que el origen de la contaminación ambiental procede principalmente del transporte, el gas natural se configura, como una alternativa real para los vehículos, en la medida que reduce más de un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno, el 100% de las emisiones de óxido de azufre y casi el 100% las partículas en suspensión. Además, los motores de gas natural producen hasta un 50% menos de emisión sonora que los motores diésel.
Otra de las ventajas del uso de gas natural es que resulta totalmente intercambiable por el gas renovable, futuro combustible para los vehículos, el cual también se puede suministrar en las mismas gasolineras y emplear en los mismos coches.
Los vehículos de gas natural reducen el 100% de las emisiones de óxido de azufre y casi el 100% las partículas en suspensión
La renovación de calderas sustituyendo carbón y gasoil por gas natural, así como los planes renove de sustitución de calderas de gas convencionales por calderas de condensación promueven no sólo la mejora de las emisiones y la calidad del aire, sino también el empleo local.
Tecnologías hibridas como la combinación de la energía solar térmica con calderas de condensación a gas son una de las mejores soluciones para reducir el impacto sobre el medioambiente sin perder confort ni calidad de vida.