El Consejo de la Unión Europea adopta la normativa que sienta las bases para desarrollar e incorporar en el sistema energético comunitario los gases renovables como el biometano y bajos en carbono como el hidrógeno renovable.
"Las nuevas normas ayudarán a realizar la transición hacia gases renovables y de bajo carbono en el sistema energético con el objetivo de alcanzar las metas de descarbonizacion de la Unión Europea", según indica en un comunicado el Consejo de la UE.
El denominado 'paquete de gas' fija las reglas para reorganizar el mercado del gas natural y establece un marco para el desarrollo del futuro mercado del hidrógeno, incluyendo la infraestructura dedicada al hidrógeno. Contiene además reglas específicas para el transporte, suministro y almacenamiento de gas natural e hidrógeno.
Las nuevas normas deben facilitar que la UE se aleje de los combustibles fósiles, especialmente de los hidrocarburos rusos, y que alcance su objetivo de convertirse en un territorio climáticamente neutral en 2050, ya que esos combustibles se consideran cruciales para descarbonizar sectores como la aviación o el transporte marítimo.
Entre otros puntos, creará un nueva entidad para los operadores de redes de hidrógeno (ENNOH), un sistema para aplicar tarifas de red y una metodología para la certificación de gases bajos en CO2, además de facilitar que los usuarios puedan cambiar de proveedor con facilidad.
“Los Estados miembros proporcionarán descuentos y incentivos tarifarios, para facilitar su integración en el mercado y el sistema, especialmente para el naciente mercado del hidrógeno, y así asegurar una transición justa”, señaló el Consejo.
Las nuevas normas prevén también que no se firmen más contratos de gas fósil a largo plazo cuya vigencia se extienda más allá de 2049.
El Reglamento se aplicará seis meses después de su publicación en el Diario Oficial de la UE mientras que los Estados miembros tendrán dos años para adaptar su legislación nacional a las disposiciones de la Directiva.
Asimismo, la legislación adoptada incluye una cláusula que habilita a los Estados miembros para limitar las importaciones de gas natural licuado (GNL) de Rusia y Bielorrusia, previa consulta con la Comisión Europea y los socios comunitarios que puedan verse afectados..
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