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19/10/2023
La mayoría de los hogares de nuestro país disponen de un sistema de calefacción cuyo elemento central es una caldera de gas natural. Esta circunstancia, lejos de suponer un obstáculo, es una oportunidad para acometer la descarbonización del consumo energético del sector residencial en España.
En un momento en el que la Unión Europea busca la forma de alinear los sistemas de calefacción de las viviendas con sus objetivos de descarbonización, y con el compromiso de reducir el consumo y la dependencia de terceros para fortalecer su soberanía energética, es preciso tomar en consideración los siguientes aspectos:
1. Existen diferentes vías de descarbonizar la calefacción de los hogares. No existe una única y exclusiva alternativa.
2. El principio de neutralidad tecnológica debe ser el criterio rector para dar una respuesta eficiente al reto de la reducción de las emisiones ligadas al consumo energético de los hogares.
3. El sector residencial en España consume menos energía que la media europea (un 17% del total frente al 40%).
4. El carácter renovable del sistema de calefacción no depende de la tecnología, sino del combustible.
5. Otros sistemas, como las bombas de calor, pueden resultar una solución potencialmente adecuada para hogares con una renta media disponible elevada y una edificación horizontal, como es típica en muchos de los países del norte de Europa, donde predominan las viviendas unifamiliares. Por el contrario, las características de la edificación residencial en España dificultan o hacen prácticamente imposible su adopción a tenor de los requisitos de espacio exigidos por los sistemas de aerotermia.
6. Allí donde ya hay una infraestructura de gas en operación, existe la oportunidad de aprovechar las instalaciones existentes para su utilización con gases renovables.
7. Desincentivar las calderas de gas (incluidas las de condensación de alta eficiencia, preparadas para funcionar con energía renovable) tendría un efecto adverso en el proceso de transición energética dadas las dificultades de algunos hogares para acceder a otras opciones de calefacción renovable debido a sus limitaciones financieras y técnicas.
8. El biometano no requiere ningún tipo de adaptación de la infraestructura gasista, del transporte ni de distribución hasta nuestras casas, siendo 100% compatible con los equipos con los que ya contamos, posicionándose como una relevante opción para la descarbonización del parque de edificios en toda la UE.
9. Este vector renovable puede beneficiarse, además, de una infraestructura gasista moderna, que está ya preparada para vehicular ese gas renovable y que se extiende por toda la Península.
10. La Directiva refundida de Eficiencia Energética (UE) 2023/1791 (publicada el 20 de septiembre en el Diario Oficial de la Unión Europea y que establece un plazo de dos años para su transposición) no prohibe las calderas de gas. Tampoco establece una fecha de fin a su utilización, ni obliga a sustituir las actuales calderas por bombas de calor.
Más información aquí: calderas de condensación