Más protagonismo en Madrid para el biogás



La reciente ampliación de la Planta de Tratamiento de Biogás de Valdemingómez permite inyectar un 80% más de biometano en la red del gas.

Pilar Ortega

Con la reciente inauguración de la reforma llevada a cabo en la instalación de tratamiento de biogás de Valdemingómez, casi se va a duplicar la producción de biometano de esta planta ubicada en la zona sur de Madrid. Y con ese aumento, se podrá mover el equivalente a 550 autobuses de la EMT durante todo un año o “alimentar” energéticamente 35.315 hogares de la ciudad.

El Ayuntamiento de Madrid, responsable del Parque Tecnológico de Valdemingómez (PTV) saca pecho con orgullo por lo que representa para la ciudad este espacio de recogida, selección y tratamiento de residuos, que ha sido considerado por su alcalde “un buen ejemplo de gestión” que avala “la importancia de la economía circular”. José Luis Martínez- Almeida inauguró, el pasado mes de abril, la ampliación de la planta de producción de biometano de Madrid, que se encuentra en el primer puesto de su categoría a nivel nacional y, además, es de las más grandes de Europa.

UNA REFORMA DE 7 MILLONES DE EUROS

La reforma de esta infraestructura comenzó a ejecutarse en julio de 2021 y, después de una inversión de 7 millones de euros y nueve meses de obras, se ha aumentado en un 80% su capacidad para inyectar gas renovable a la red gasista. La producción total de biometano en la planta evita la emisión a la atmósfera de más de 43.500 toneladas equivalentes de CO2 al año. María José Delgado Alfaro, directora general del Parque Tecnológico Valdemingómez, resume en las siguientes declaraciones la aportación de esta ampliación: “El proyecto consiste en una mejora tecnológica de la Planta de Tratamiento de Biogás (PTB) que ha permitido ampliar su capacidad de lavado. Tras la reforma se puede ya depurar en dicha instalación todo el biogás de biometanización generado en el Parque Tecnológico de Valdemingómez, ya que hasta ahora una parte del biogás se tenía que derivar a otra instalación para su valorización energética”.

 Delgado Alfaro valora muy positivamente que la ampliación de la planta suponga un incremento de un 80% en la generación de biometano, pasando de los 100 GWh (gigawatios hora) anuales de energía térmica inyectada a la red gasista de Enagás, hasta los 180 GWh, “una cantidad equivalente al consumo anual de gas natural de 35.315 hogares españoles o el consumo de 550 autobuses de la EMT”.

NUEVOS Y MÁS SOFISTICADOS EQUIPOS

Dicho proyecto incluye, según responsables del Parque, la incorporación de nuevos equipos de lavado del biogás, análogos a los ya existentes, pero más avanzados y con mejores rendimientos. También se han añadido nuevos equipos de compresión, analizadores de calidad y cantidad de biogás, sistema eléctrico y mejora del sistema de desodorización, incluyendo una nueva torre de lavado de gases con NaOH (hidróxido de sodio) y NaCIO (hipoclorito sódico), depósito de sustancias neutralizantes y dos filtros de carbón activo.

El proyecto, ejecutado y financiado por PreZero España, con una ayuda de 656.000 euros del Fondo FEDER, contribuye también a la consecución de los objetivos marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) sobre la participación de las energías renovables en el uso final de energía, fijado en un 42 % para 2030.

MÁS VIDA PARA LOS RESIDUOS ORGÁNICOS

Gracias a la ampliación de la PTB de Valdemingómez, los desperdicios orgánicos que los 3,2 millones de madrileños depositan en el cubo marrón, junto con los restos de poda de la ciudad, van a tener una nueva vida y mayor protagonismo. En 2021 se recogieron 215.000 toneladas de residuos orgánicos y la cifra no para de aumentar a medida que crece también la concienciación de los ciudadanos, y más en este momento en que se ha puesto sobre la mesa el problema de la fuerte dependencia energética de Europa de determinados combustibles.

La directora general del Parque Tecnológico de Valdemingómez nos explicó, en pocas palabras, cómo nuestro cubo de basura orgánica puede mover un autobús de transporte de viajeros: “La materia orgánica es sometida a un proceso de biometanización o digestión anaerobia que da lugar a la obtención de los subproductos biogás y digesto. El digesto pasa, a su vez, por un proceso de compostaje para obtener una enmienda orgánica o un fertilizante para los suelos. El biogás es depurado en una planta específica, la PTB, para incrementar la concentración del metano y permitir su inyección en la red gasista. Se obtiene así biometano, un biocombustible de origen renovable que puede destinarse a diferentes usos (calderas domésticas, movilidad de autobuses, camiones, turismos, uso industrial, etc.), contribuyendo al desarrollo de la economía circular y a la lucha contra el cambio climático (al sustituir por biometano el gas natural de origen fósil no renovable), y favoreciendo la transición energética hacia un sistema más descarbonizado, una menor dependencia de los combustibles fósiles y una mayor autosuficiencia”.

Y todo este proceso se desarrolla en el complejo de Biometanización del Parque Tecnológico de Valdemingómez, que consta de dos plantas de digestión anaeróbica, Las Dehesas y La Paloma, que a partir de los residuos producen biogás y digestato. El biogás se depura en la Planta de Tratamiento de Biogás (PTB) ahora ampliada, que lo transforma en biometano y lo inyecta en la red gasista, para usarse de igual forma que el gas natural, pero con un origen renovable.

BENEFICIOS MEDIOAMBIENTALES

Los beneficios medioambientales de los procesos que se llevan a cabo en el Parque Tecnológico de Valdemingómez son muchos: ahorro energético, menos emisiones de CO2, ahorro de materias primas, producción de energía verde y ahorro de fertilizantes, por citar solo algunos. Así que todo son ventajas cuando nuestra basura se convierte en la estrella de un sistema energético que servirá, sin duda, para mejorar el mundo y hacerlo más sostenible. Y esto lo corrobora María José Delgado, su directora general: “La producción de biometano de origen renovable en la PTB, tras la ampliación, implica una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de 45.360 toneladas de CO2/año. Esta estimación se basa en la cantidad de energía primaria producida por la instalación y en el efecto de sustitución del gas natural (de origen fósil no renovable) por el biometano”.

Este proyecto permite avanzar en el cumplimiento de los objetivos del propio Ayuntamiento en su hoja de ruta de neutralidad climática, según la cual se “avanzará en el autoconsumo de la electricidad y biometano generados a partir de residuos municipales en el Parque Tecnológico de Valdemingómez y lograr así la neutralidad de las emisiones de servicios municipales como la EMT, los vehículos de recogida de residuos o los propios edificios municipales”.

UN POCO DE HISTORIA

Desde 1978, año de su creación como centro de gestión de residuos, Valdemingómez concentra todas las instalaciones de tratamiento de residuos urbanos de Madrid. El origen del Parque Tecnológico se remonta a un período en el que los residuos prácticamente no tenían más destino que el vertedero de Valdemingómez, operativo desde 1978 a 2000. En 1982 entró en funcionamiento el primer centro de separación, clasificación y compostaje (Centro La Paloma) y posteriormente fueron incorporándose nuevos centros de tratamiento: Las Lomas, Las Dehesas, La Galiana y el nuevo Centro La Paloma. Además, y con el fin de involucrar a la sociedad, se puso en marcha, en septiembre de 2007 y a través del Centro de Visitantes, el Programa Integral de Educación Ambiental, con visitas guiadas al Parque que, lógicamente, tienen una función formativa e informativa y de sensibilización ambiental. Otro hito del Parque se sitúa en 2008, con la inauguración de una nueva planta de separación, clasificación y compostaje, dos de biometanización y una planta de tratamiento de biogás de biometanización.

UN PARQUE TECNOLÓGICO PIONERO

Toca recordar que el Parque Tecnológico se concibió y desarrolló nueve años antes de que entrara en vigor la Directiva Europea que establece obligaciones en cuanto a la recuperación de los materiales y energía contenidos en los residuos, un criterio de trabajo que el Parque Tecnológico de Valdemingómez fue pionero en incorporar.

 Su objetivo era procesar los residuos para aprovechar todo lo recuperable y depositar lo no recuperable de forma segura en un vertedero. Para cumplir este reto, sus centros cuentan con distintas instalaciones y funciones. Además, recientemente han comenzado las obras de una nueva planta para ampliar la capacidad de tratamiento de los residuos orgánicos con un presupuesto de 42 millones de euros. Esta nueva estructura tendrá una capacidad total de compostaje de 102.490 toneladas al año, de las que 82.490 procederán de la Planta de Biometanización Las Dehesas, que, a su vez, se mezclarán con unas 20.000 toneladas de fracción vegetal procedente de la poda.

Esta instalación ocupará una superficie aproximada de 47.000 metros cuadrados en una parcela de 67 hectáreas y de aquí saldrán 37.000 toneladas anuales de composta para su uso como abono o fertilizante de clase A. De forma progresiva, el Ayuntamiento de Madrid ha ido incorporando las distintas fases y ya realiza el ciclo completo de la gestión de residuos gracias a un conjunto de infraestructuras de recogida selectiva, transporte, tratamiento y valorización de los residuos urbanos, que figura entre los más completos y avanzados de Europa, a pesar de que ha tenido que encajar e ir resolviendo paso a paso las muchas críticas, sobre todo de grupos ecologistas, que la puesta en marcha de este complejo ha generado .

LA IMPORTANCIA DE SEPARAR LOS RESIDUOS

Lo que está claro es que la gestión eficaz de los residuos pasa necesariamente por la colaboración de todos los ciudadanos, porque si la separación en origen es correcta, la recuperación de materiales reciclables será mayor.

En la ciudad de Madrid, el servicio de recogida selectiva está basado en la separación en cinco fracciones de residuos:

• Papel y cartón: prensa, embalajes y envoltorios de cartón, folletos, periódicos y revistas, etc.

• Vidrio: botellas, frascos y tarros.

• Bolsa amarilla o de envases: envases metálicos, de plástico y bricks.

• Bolsa marrón: restos de alimentos y otros residuos orgánicos.

 • Bolsa gris de restos donde se incluyen los residuos no integrados en las fracciones anteriores.

Solo aquellos residuos no incluidos en las fracciones anteriores y que pueden ser considerados especiales (bombillas, pilas, aceite usado de freír, baterías, aerosoles, pinturas, disolventes, etc.) deben llevarse y ser tratados en los Puntos Limpios, tanto fijos como móviles.