España, hub gasista europeo



El inicio de la guerra en Ucrania puso a Europa frente al espejo de su dependencia energética de Rusia, muy especialmente en lo referente al gas. El viejo continente se ha visto obligado a modificar en tiempo récord su sistema de aprovisionamiento energético, buscando nuevos suministradores, al tiempo que se ponían de manifiesto sus limitaciones en cuanto a capacidad de almacenamiento. Frente a esta situación, común al centro y el norte de Europa, el sistema gasista español se ha revelado como un modelo más seguro, diversificado en cuanto al origen de sus aprovisionamientos, y dotado además de una robusta infraestructura de almacenamiento y regasificación. Partiendo de este análisis, podemos decir que España se ha convertido en un hub de gas natural para la Unión Europea.

Por Juan Carlos Giménez

El estallido la guerra en Ucrania, con la invasión por parte del ejército ruso en febrero de 2022, sorprendió a Europa con una tasa de importación del 83% de todo el gas natural consumido (la cifra corresponde al año 2021, según la oficina estadística de la Comisión Europea). Las importaciones procedentes de Rusia han llegado a representar más del 55% del total (a finales de 2019), y superaron el 50% en el invierno 2020-2021. En el momento del estallido bélico suponían en torno al 35% de las compras extracomunitarias de gas natural, porcentaje que descendió progresivamente hasta situarse ligeramente por encima del 10% en octubre de 2022.

Hay que tener en cuenta que la dependencia del gas ruso varía mucho entre los países miembros de la Unión Europea, llegando a ser del 100% en el caso de la República Checa y Letonia, del 95% en Hungría o del 85% en Eslovaquia. Por no hablar del 65% en el caso alemán, primera potencia industrial europea; del 54% en el de Polonia, o del 43% en el de Italia.

Conviene recordar los antecedentes que ya habían puesto a los europeos sobre aviso de los problemas derivados de una excesiva dependencia de Moscú: la crisis gasística entre Ucrania y Rusia ocurrida entre 2006 y 2009, que supuso cortes de suministro y desabastecimiento; o lo ocurrido tras la invasión rusa de Crimea en 2014, que provocó un nuevo conflicto con el gas como protagonista entre los dos países actualmente en guerra, y que terminó con una mediación por parte de la UE.

En marzo de 2022, los dirigentes de la UE acordaron eliminar gradualmente, pero de forma decidida, la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles de Rusia. Así, en mayo de 2022, en su Comunicación REPowerEU, la Comisión Europea ejecuta su plan para ayudar a la UE a ahorrar energía, fomentar la producción de energía más limpia y diversificar su abastecimiento energético y garantizar un suministro asequible.

CAMBIO DE PROVEEDORES

A lo largo del año pasado, las importaciones europeas de gas natural licuado de otras procedencias crecieron a una tasa del 63% para compensar la interrupción del suministro por gasoductos rusos, según datos publicados en un reciente informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Los volúmenes de GNL adquiridos por países de la UE aumentaron en 66.000 millones de m3, de los que casi dos tercios procedieron de Estados Unidos. El resto de los principales proveedores fueron Catar y Egipto, Noruega, Angola y Trinidad y Tobago. Rusia redujo así su participación en el volumen de aprovisionamiento de Europa del 40% del total a tan solo el 7% en 2022.

Pero la guerra en Ucrania no solo ha modificado la estadística de los principales países suministradores a Europa, sino que también ha supuesto un aumento en la demanda y puesta en operación de nuevas infraestructuras de transporte y almacenamiento.

ESPAÑA, PRIMER REEXPORTADOR

En 2022, los aprovisionamientos de gas natural que llegaron a nuestro país alcanzaron los 416.685 GWh, un 7,17% más que en 2021. Los suministros en forma de gas natural licuado (GNL) alcanzaron los 318.893 GWh y supusieron un 71% del aprovisionamiento total de gas. Además, por cuarto año consecutivo la importación de GNL superó a la de gas natural (GN), que representó un 29% del total.

En este contexto, y gracias a que disponemos de la mayor infraestructura de almacenamiento y regasificación de Europa, con seis plantas operativas, España se convirtió durante todo el pasado ejercicio en el principal reexportador de gas natural a Europa, contribuyendo estratégicamente a la seguridad del suministro de la UE. El sector gasista español ha sido un ejemplo de solidaridad, contribuyendo de forma clave al suministro de gas al resto del continente a través de las recargas de buques de GNL, que han aumentado un 45%, y de las conexiones internacionales, especialmente la de Francia, que ha batido récords históricos. Irún. Foto Enagás

En este apartado, ha destacado también el aumento de la capacidad de la interconexión de Irún en un 66% en sentido España-Francia, como medida de solidaridad con Europa, incluida en el ‘Plan Más Seguridad Energética’. Sumando las cargas de GNL y las conexiones internacionales, España exportó un 90% más de gas natural en comparación con el año precedente.

EE. UU. A LA CABEZA

Para España, las importaciones brutas aumentaron un 7,5% y, por primera vez, Estados Unidos lideró el ranking de las compras con un 29% del total, por encima de Argelia (24%), Nigeria (14%) o Rusia (12%). Se registraron 338 descargas de buques metaneros (casi una al día), frente a 254 en 2021. Y destacaron las operaciones de recarga para la reexportación, que sumaron 25 TWh (+45%) respecto a 2021. Estas reexportaciones tuvieron como destinos preferentes Italia y Alemania.

Y es que España se sitúa a la cabeza de Europa en cuanto a número de terminales de importación de gas licuado. Hasta siete puertos disponen de tanques de almacenamiento operativos: Barcelona tiene seis, con capacidad para 760.000 m3; Huelva, cinco y 619.500 m3 de capacidad; Cartagena, otros cinco y 587.000 m3; Bilbao, dispone de tres que suman 800.000 m3; Sagunto, con cuatro tanques, puede almacenar 600.000 m3; El Musel (Gijón), dos depósitos para otros 300.000 m3; y Mugardos- Ferrol las mismas características (dos tanques y una capacidad de 300.000 m3).

Estas siete terminales portuarias colocan a España a la cabeza de Europa en cuanto a capacidad de recepción de GNL por mar. Francia, que dispone de cuatro y una más en construcción, se sitúa en segundo lugar, seguida de Italia, con tres operativas y otras tres previstas. Datos como estos apuntan, sin duda, al papel estratégico que el sector gasista español podrá seguir teniendo como garantía de suministro para el conjunto de Europa.

PRIMER ALMACÉN DE EUROPA

Según datos de Gas Infrastructure Europe (GIE), España cuenta con un potencial de almacenamiento del 35% del total de la UE y el Reino Unido combinados, seguido a gran distancia por Francia (14%), Bélgica (6%) e Italia (5%). Además, dispone de puntos de conexión con Argelia, Marruecos, Portugal y Francia.

En total, las siete regasificadoras españolas pueden almacenar más de 3,6 millones de metros cúbicos de GNL, a las que hay que sumar la capacidad adicional de los tres almacenamientos subterráneos: Gaviota, frente a la costa de Bizkaia, que puede acoger 2,.681 millones de m3, de ellos 980 millones operativos; Yela (Guadalajara), que suma otros 2.000 millones de m3 (1.050 operativos); y Serrablo (Huesca), con 1.100 millones de m3 totales y 680 millones operativos.

EL SISTEMA MÁS FLEXIBLE DE EUROPA

En un escenario tan complejo e incierto como el vivido en 2022, el sistema gasista español dio una robusta respuesta a los retos de seguridad y garantía de suministro a los que se enfrentó España y el conjunto de la Unión Europea. La propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) calificaba recientemente al sistema gasista español como el más flexible de Europa. En su informe, el organismo regulador subrayaba como las plantas de regasificación de nuestro país triplicaron la contratación de operaciones de carga con destino Europa y como la elevada disponibilidad de GNL indujo a precios sistemáticamente inferiores al resto de plazas de gas europeas.

Además, evidenciaba como la contratación de la capacidad de interconexión entre Francia y España en sentido exportación alcanzó máximos históricos y, por primera vez, se comenzó a exportar gas a Marruecos desde las instalaciones del sistema gasista español (entre 2,8-6 GWh/d mensuales desde julio de 2022), compensando el aprovisionamiento interrumpido de Argelia a Marruecos en 2021.

En definitiva, la coyuntura geopolítica vivida en los últimos 18 meses ha puesto el foco sobre el sistema gasista español, que se ha consolidado como un referente para la seguridad de suministro europeo por su privilegiada ubicación y por contar con una amplia, moderna y resiliente red gasista, que permite liderar a España el ranking europeo por número de infraestructuras y capacidad de vaporización y de almacenamiento de GNL.

LA PLANTA DE EL MUSEL RECIBE SU PRIMER BARCO DE GNL

El pasado 1 de julio la terminal de gas natural licuado de El Musel, Gijón, recibió su primer cargamento de GNL, a bordo del metanero Cool Racer – de 174.000 m3 de capacidad -, que realizó la primera descarga necesaria para la realización de las pruebas técnicas finales antes del inicio de las operaciones comerciales de esta planta.

La puesta en marcha de El Musel supone un hito para el inicio de las operaciones comerciales de la infraestructura, que forma parte del Plan Más Seguridad Energética del Gobierno, y permite reforzar la seguridad de suministro energético en Europa.

La planta de Gijón podría aportar hasta 8 bcm (billion cubic meters) de capacidad al año de GNL a la seguridad de suministro energético europeo. Permitirá el atraque de buques de entre 50.000 y 266.000 m3, cuenta con dos tanques de 150.000 m3 de capacidad de almacenamiento de GNL, dos cargaderos de cisternas con capacidad para cargar un máximo de 9 GWh/d y una capacidad de emisión máxima de 800.000 Nm3/h.

El pasado 28 de febrero, Enagás y Reganosa firmaron un acuerdo para adquirir por parte Enagás la red de 130 km de gasoductos de Reganosa y ésta el 25% de la Planta de El Musel. Esta operación permitirá aprovechar sus sinergias y trabajar conjuntamente en los servicios ofrecidos por la planta y en nuevas posibilidades de colaboración para reforzar la seguridad de suministro y avanzar en los objetivos de descarbonización de España y Europa.