El gas camino imprescindible en la transición energética



El BP Energy Outlook 2022, un prestigioso informe sobre el panorama energético mundial, interpreta las grandes variables y las perspectivas del sistema energético, con vistas a 2050, sin tiempo para tener en cuenta los efectos de la guerra en Ucrania.

Pilar Ortega

El BP Energy Outlook 2022 se redactó poco antes de que Rusia invadiera Ucrania, por lo que las repercusiones que este conflicto está teniendo y tendrá en el sistema energético mundial no están recogidas en sus conclusiones. El informe elaborado por BP señala que el proceso de descarbonización mundial es imparable y se centra en tres escenarios principales con vistas a 2050: Accelerated, Net Zero y New Momentum, que representan a su vez tres visiones diferentes de lo que podría ocurrir en el futuro en materia energética atendiendo a las tecnologías existentes, lo que no quiere decir que surjan tecnologías nuevas o desconocidas más adelante.

El mundo está transitando hacia un mix energético mucho menos intensivo en carbono a medida que las energías renovables penetran desplazando a los combustibles fósiles. Eso no significa que el petróleo y el gas vayan a desaparecer en las próximas décadas. De hecho, el gas va a jugar un papel fundamental en la transicion energética.

Distintas fuentes de energía

Según los datos recogidos en el informe, la transición energética conllevará un proceso de electrificación masiva y global. Y ese crecimiento requiere unos niveles de inversión muy elevados en energía eólica y solar, lo cual generará oportunidades para nuevas infraestructuras que hoy no existen. Se evidencia una diversificación del mix de energía abriendo las posibilidades de elección por parte de los consumidores y al tiempo avanza hacia una creciente integración de las distintas fuentes de energía.

La transición energética en los tres escenarios

En los tres escenarios hay una caída muy importante en la penetración de los combustibles tradicionales sobre el total de energía consumida. Es algo histórico: por primera vez se pronostica una caída en el consumo de combustibles fósiles.

Se produce un aumento en los tres escenarios de las energías renovables y su penetración va a tener un ritmo más rápido que el petróleo o la energía nuclear. Nunca antes habían avanzado tan deprisa las energías renovables.

En los tres escenarios, la electricidad se multiplica y se produce un aumento muy fuerte de su consumo como consecuencia de la descarbonización del sistema energético.

Descarbonizar la electricidad

La electrificación no tiene sentido si no descarbonizamos la electricidad y, para ello, se necesita, según el informe, que las renovables se multipliquen por 20 para lograr ese objetivo.

La descarbonización del transporte es necesaria a pesar del aumento de los vehículos eléctricos. La Agencia Internacional de la Energía establece que sólo 2/3 del consumo de energía se puede electrificar por lo que es necesario multiplicar la producción de los biocombustibles.

Hay muchas actividades que no se pueden electrificar porque requieren unas temperaturas muy altas en la industria (cemento, cerámicas, acero…) y necesitan de la ayuda del hidrógeno descarbonizado, por ejemplo, la aviación y los barcos.

Implicaciones para consumidores y productores

El mix energético está muy diversificado y eso va a permitir una mayor competitividad entre productores y suministadores. Los consumidores tendrán mayor capacidad de elección y eso supondrá una transferencia de rentas de productores a consumidores. Será necesario integrar esta nueva situación, por lo que la electricidad y el hidrógeno tendrán un papel fundamental.

La demanda de energía alcanza un pico en los tres escenarios en torno al año 2030, por lo que el sistema tiene que ser capaz de garantizar la prosperidad económica en los mercados energéticos, pero con un consumo de energía controlado. La eficiciencia energética es un objetivo que se va alcanzando en los tres escenarios y las economías desarrolladas tienen que crecer usando menos energía.

Inversión necesaria

El Informe BP Energy Outlook 2022 establece que en la actualidad se invierten cada año 250 billones de dólares para descarbonizar el sistema energético, pero sugiere que hay que aumentar la inversión al menos un 50%, además de apoyar el sector del petróleo y el gas. El gas y los hidrocarburos se van a seguir consumiendo y esto requiere invertir para la producción de gas natural. La inversión en hidrocarburos seguirá, pero con tasas menores a las históricas. Por otro lado, China y el este de Asia están invirtiendo mucho en centrales nucleares y en Europa, sin embargo, disminuye la inversión en la energía nuclear.

La demanda de gas natural

El informe BP Energy Outlook 2022 pone de manifiesto que el gas natural representa un puente en la descarbonización. En los tres escenarios el consumo de gas natural se incrementa en el corto plazo en los próximos años por motivos diversos. En New Momentum, porque hay un aumento de la demanda para consumir más, y en los otros dos, porque la forma más rápida de descarbonizar es sustituir el carbón por gas natural.

Es un efecto transitorio, porque a partir de 2030 el impacto positivo desaparece y hay una caída del consumo entre el 35 y el 60 % en esos dos escenarios. Sin embargo, se mantendrá el uso de gas natural para la fabricación de hidrógeno, porque el hidrógeno azul tendrá un papel importante en la descarbonización. Es necesario descarbonizar el hidrógeno para utilizarlo como combustible en otros sectores y el hidrógeno tendrá un papel más tardío en la transición energética.

Tres escenarios

1. Net Zero. Es consistente con el Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura mundial entre 1,5 y 2 grados centígrados. Anuncia una caída pronunciada y sostenida de las emisiones de CO2 que está favorecida por el cambio en el comportamiento y las preferencias sociales por fuentes de energía bajas en carbono. El consumo máximo de energía lo sitúa a principios de la década de 2020. Y la incidencia de las energías renovables equivaldría a reducir cada año el total de las emisiones anuales de la Unión Europea, Estados Unidos, India y China.

2. Accelerated. Es compatible con el Acuerdo de París. También señala una caída sostenida de las emisiones de CO2 y el consumo máximo de energía lo sitúa a principios de la década de 2030. El impacto de las energías renovables sería el equivalente a reducir el CO2 de la Unión Europea, Estados Unidos e India cada año

3. New Momentum. Es un escenario en el que las políticas, las tecnologias y el uso de la energía son consistentes con lo visto en el pasado reciente, pero el ritmo global de mejora de la eficiencia energética aquí también es rápido, lo mismo que en los otros dos escenarios. En este escenario, la energía solar y eólica se va a multiplicar por dos o por tres, lo que equivale a eliminar las emisiones de la Unión Europea cada año.

 

Las 10 claves del BP Energy Outlook 2022

  1.        Las emisiones de CO2 han aumentado todos los años desde el Acuerdo de París de 2015, excepto en 2020 a causa de la pandemia. Retrasar las medidas para reducir las emisiones podría dar lugar a importantes costes económicos.

  2.        Las ambiciones gubernamentales a nivel mundial están dando un mayor impulso a la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, existe una gran incertidumbre en cuanto al éxito de los países y las regiones en el logro de esos objetivos.
  3.        Está cambiando la estructura de la demanda de energía. Disminuye la importancia de los combustibles fósiles, que son reemplazados por una creciente proporción de energía renovable y una creciente electrificación. Pero también hay que apoyar el hidrógeno bajo en carbono, la bioenergía moderna y la captura, uso y almacenamiento de carbono.
  4.        Los mercados energéticos mundiales se están reestructurando, con una combinación energética más diversa, mayores niveles de competencia, rentas económicas cambiantes y un mayor papel de la elección por el cliente.
  5.        La demanda de petróleo está aumentando por encima de su nivel anterior a la COVID-19 pero volverá a disminuir.
  6.        El uso del gas natural está respaldado por el aumento de la demanda en las economías emergentes de rápido crecimiento a medida que continúan industrializándose y reduciendo su dependencia del carbón. El crecimiento del gas natural licuado desempeña un papel fundamental.
  7.        La energía eólica y la solar se expanden rápidamente, lo que representa todo o la mayor parte del aumento de la generación eléctrica global, respaldado por las continuas caídas de su coste.
  8.        El uso de la bioenergía moderna aumenta sustancialmente, proporcionando una alternativa baja en carbono a los combustibles fósiles en sectores difíciles de descarbonizar.
  9.        El uso de hidrógeno bajo en carbono aumenta a medida que el sistema energético se va descarbonizando, llevando energía a actividades y procesos que son difíciles de electrificar, especialmente en la industria y el transporte.
  10.    La captura, uso y almacenamiento de carbono desempeña un papel fundamental en el apoyo a un sistema energético bajo en carbono, porque captura las emisiones de los procesos industriales, proporciona una fuente de absorción de dióxido de carbono y reduce las emisiones de los combustibles fósiles.

 

Grafico 02

Cambios en la demanda de energía