Por Juan Carlos Giménez
El edificio que ocupa la sede del Ejecutivo europeo en Madrid, en el Paseo de la Castellana, acogió el pasado 27 de febrero una jornada organizada por Sedigas y Biomethane Industrial Partnership Europe (BIP), asociación industrial promovida por la propia Comisión y que reúne a responsables políticos, empresas y otras partes interesadas en la promoción y desarrollo de este gas renovable. La iniciativa puso de manifiesto el compromiso de ambas organizaciones por fomentar una transición energética que apuesta por las fuentes renovables. Y en particular por el biometano, llamado a convertirse en uno de los pilares estratégicos del proceso de descarbonización, alineado con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la estrategia de la UE para la neutralidad climática.
Bajo el epígrafe “Biometano, una hoja de ruta para liberar su potencial de producción en Europa”, la jornada tuvo como meta impulsar el diálogo y la cooperación en torno a las oportunidades que esta fuente de energía representa para el futuro sostenible de la UE. Y se propuso también un doble objetivo: por un lado, ofrecer un espacio de encuentro para el intercambio de conocimientos y experiencias entre los distintos actores involucrados en la cadena de valor del biometano; y, por otro, destacar la relevancia de este recurso renovable en el marco de las políticas energéticas europeas.
El evento sirvió, asimismo, como marco de debate acerca de las oportunidades que ofrece el biometano para un futuro sostenible en Europa, así como el relevante papel que puede jugar para el logro de una transición energética eficiente, justa e inclusiva.
La jornada contó con la participación de representantes de la Comisión Europea, como Lucas González, jefe del servicio de Análisis Político de su representación en España, y Tatiana Márquez, miembro del Gabinete de la Comisaria de Energía. También intervino, en nombre del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Pilar Sánchez, de la subdirección general de Hidrocarburos y Nuevos Combustibles.
La representación sectorial estuvo encabezada por el presidente de Sedigas, Joan Batalla, que se encargó del discurso inicial de salutación. Y asistieron también representantes de asociaciones sectoriales europeas como European Biogas Association (EBA), en la persona de su CEO Harmen Dekker, o Eurogas, a través de su secretario general James Watson. Otros cargos directivos destacados que participaron en las diferentes mesas y presentaciones fueron María Junco, directora general Enagás GTS; Raúl Suárez, CEO de Nedgia-Grupo Naturgy y presidente GD4S; Gonzalo Cañete, CEO de PreZero para España y Portugal; o María Fernández- Argüelles, responsable de gas y energía eléctrica para el Sur de Europa de BP.
PROTAGONISMO DEL BIOMETANO
En su intervención, el presidente de Sedigas señaló que “el biometano es, desde hace tiempo, un elemento protagonista en el marco de las políticas energéticas europeas. En este sentido, resulta esencial destacar que España cuenta con un papel fundamental para que Europa pueda lograr el objetivo comunitario de producción de 35.000 millones de metros cúbicos (35 bcm) de biometano al año en 2030, tal y como se establece en el Plan REPowerEU de la Comisión Europea”.
Además, recordó que la Comisión Europea elaboró un informe país en el que por primera vez se incluyó una mención específica al potencial español en biometano como palanca estratégica para la transformación del sistema energético y la descarbonización de la economía. De forma que, sin la contribución de España, la Unión Europea difícilmente logrará alcanzar el volumen proyectado en la fecha señalada.
De hecho, y según las estimaciones de la Comisión Europea, España dispone de capacidad para producir 4.100 millones de metros cúbicos de biometano al año en el horizonte 2030, que podrían reemplazar un volumen de gas de hasta 47,7 TWh. Y es de hecho el tercer país de la UE con mayor potencial de producción de este gas renovable, con 163 TWh/año, lo que permitiría descarbonizar el equivalente al 50% de la demanda de gas natural.
Por su parte, el secretario general de Eurogas, James Watson, hizo referencia en su intervención a las recientes movilizaciones agrarias, poniendo en valor el papel que puede desempeñar el biometano en este ámbito. “Hay sectores tradicionalmente difíciles de descarbonizar como la industria y el transporte pesados; pero hay un tercer sector en esta categoría, el agrícola, en el que el biometano jugará un papel clave”.
LA MEJOR SOLUCIÓN PARA EL CAMPO
El biometano constituye, a juicio de Watson, “la mejor solución para reducir las emisiones del campo, ya que todos los subproductos derivados de su actividad pueden servir para generar energía a través de la producción de este gas, convirtiéndolos en un valor y aumentando los ingresos de agricultores y ganaderos, que en realidad son parte de la solución, no del problema”.
El CEO de European Biomethane Association (EBA), Harmen Dekker, hizo hincapié en su intervención en el enrome potencial del biometano en Europa: “Contamos con un gas renovable que otorga estabilidad y es más barato que el resto de las alternativas disponibles, y en torno al que tenemos muchas expectativas, pero la realidad es que el objetivo de 35 bcm está empezando a quedarse atrás en vista de su potencial”.
Dekker también subrayó la importancia del hecho de que la industria está preparada y dispuesta a invertir en este gas renovable: “El año pasado hicimos un estudio de inversión y ya se habían reservado 18.000 millones de euros”, explicó, si bien matizó que “estamos lejos del objetivo”, para concluir que “el potencial de biometano es muy grande, por lo que va a ser necesaria mucha más ambición”.
En el marco de la jornada, los diferentes participantes señalaron como prioritaria la necesidad de contar con un marco regulatorio que apoye decididamente la producción de biometano con políticas diseñadas para eliminar obstáculos innecesarios y proporcionar incentivos claros para la inversión.
La simplificación de la burocracia administrativa y la creación de un entorno legislativo favorable –con el ejemplo de lo ocurrido en países vecinos como Francia o Portugal-, fueron destacados igualmente como elementos fundamentales para desbloquear todo el potencial identificado para este gas renovable. En definitiva, la jornada trasladó un mensaje de consenso en favor del reconocimiento del biometano como una prioridad estratégica para la política energética y climática de la UE.
El Plan REPowerEU de la Comisión Europea concede al biometano un papel destacado en la consecución de la independencia energética y los objetivos climáticos de la UE. Por un lado, para mejorar la seguridad de suministro, apoyar la competitividad de la industria y evitar que el suministro de materias primas críticas esté supeditado a países foráneos. Por otro, para facilitar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector residencial, la industria y el transporte. Además, contribuye a procesar de una manera eficiente los diferentes tipos de residuos orgánicos (agroganaderos, procedentes de la industria agroalimentaria, lodos de depuradoras…) y ofrece la previsibilidad que demandan los inversores para la financiación de los proyectos.
Europa alcanzó un hito en la producción de energía sostenible en 2022, con 21.000 millones de metros cúbicos (21 bcm) de biogás y biometano. En concreto, la producción de biometano creció un 18%, pasando de 3,5 bcm en 2021 a 4,2 bcm en 2022.
En este contexto, España cuenta con un alto potencial de producción de este gas, debido al considerable tamaño de su sector agroalimentario y ganadero. Hasta el punto de estar considerado como uno de los países europeos con mayor capacidad de generación. La expansión del biogás en España es una realidad, ya que el número de instalaciones que producen biometano y lo suministran a la red gasista ha pasado de cinco a nueve en el último año, con una perspectiva de incremento sustancial en el número de plantas operativas a finales de este año. En los últimos doce meses, el volumen inyectado a la red se incrementó más de un 40%, hasta alcanzar los 257 GWh.
OBJETIVOS PARA ESPAÑA
En materia legislativa, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, que actualmente se encuentra en revisión, ha definido un escaso objetivo de 20 TWh de producción de biogás (equivalente a menos de un 2% de biometano inyectado en red). La propia Comisión Europea está apelando a establecer objetivos más ambiciosos.
El potencial del país está validado por el informe Estudio de la capacidad de producción de biometano en España, elaborado por Sedigas, que cuantifica la capacidad de producción nacional en 163 TWh/año, una cifra que permitiría cubrir en torno al 50% de la demanda nacional de gas. O, lo que es lo mismo, más de tres veces el consumo total de los hogares de España. La incorporación del biometano es 100% compatible con la infraestructura gasista existente, y también con todos los equipamientos de los usuarios finales. Lo que permitiría, por ejemplo, una completa y acelerada descarbonización de la totalidad de los consumos energéticos asociados a la calefacción y agua caliente sanitaria de los hogares sin necesidad de realizar cuantiosas inversiones de adecuación.
Sus beneficios son además especialmente relevantes en sectores de difícil electrificación por la naturaleza de sus actividades. Los gases renovables, como es el caso del biometano, se configuran, así como una de las alternativas más viables y eficientes para los sectores industriales gas-intensivos.
Su desarrollo también tiene el potencial de promover la economía circular y revitalizar las zonas rurales, creando empleo y fomentando el desarrollo tecnológico. La construcción y operación de plantas de producción, junto a la cadena completa de suministros y servicios asociados, favorecen un efecto multiplicador en la economía local, que puede ser un motor clave para detener el despoblamiento rural. La investigación y la innovación en estas tecnologías pueden posicionar además a España como líder en el sector de las energías renovables, atrayendo nuevas inversiones y promoviendo el desarrollo económico y social.