“El sector del gas facilitará la adopción del hidrógeno renovable” | Jorgo Chatzimarkakis, CEO de Hydrogen Europe



Nacido en Duisburgo (Alemania), Jorgo Chatzimarkakis es el CEO de Hydrogen Europe desde 2016. Anteriormente, fue diputado del Parlamento Europeo (2004-2014) donde, entre otros cargos formó parte de la Comisión ITRE (Industria, Tecnología, Investigación y Energía), contribuyendo a sentar las bases para la constitución de la Asociación para un Hidrógeno Limpio (Clean Hydrogen Joint Undertaking / Clean Hydrogen Partnership). Hablamos con él sobre el futuro del hidrógeno renovable en Europa.

¿Cuándo y cómo nació Hydrogen Europe?

Hydrogen Europe se fundó en 2007 bajo otra denominación, como la asociación comercial que representaba a toda la cadena de valor del hidrógeno en Europa (productores, usuarios finales, fabricantes, investigadores). Los principales promotores de Hydrogen Europe fueron varias empresas y organizaciones que participaron en la primera Empresa Común de Pilas de Combustible e Hidrógeno. Desde entonces, reunimos a diversos agentes y promovemos políticas a escala nacional, europea e internacional que pueden reforzar la penetración en el mercado de las tecnologías del hidrógeno.

¿Cuáles han sido sus principales logros hasta la fecha?

Desde nuestra fundación, hemos recorrido un largo camino, pasando de una modesta asociación, conmigo como primer y único empleado, a un equipo de casi 50 personas en la actualidad. Nuestros principales logros fueron hacer oír la voz del sector en la Estrategia Europea del Hidrógeno de la Comisión Europea en 2019, el Banco de Hidrógeno y sus subastas, el Paquete del Hidrógeno y el Gas Descarbonizado, a partir de 2023, entre otras varias normativas. Además, Hydrogen Europe forma parte de la Clean Hydrogen Partnership, la asociación público-privada en la que participa la Comisión Europea, actuando como socio coordinador del sector privado. Para dar fe del desarrollo de esta gran red que hemos logrado construir en los últimos 17 años, también somos coorganizadores de la Semana Europea del Hidrógeno, una exposición y conferencia anual que reúne a más de 8000 personas en Bruselas (Bélgica) y que, en 2024, tendrá lugar del 18 al 22 de noviembre.

¿Quién forma parte de Hydrogen Europe?

Representamos a toda la cadena de valor del hidrógeno, desde los proveedores de tecnología, pasando por los productores de hidrógeno, el transporte, la distribución y el almacenamiento, hasta llegar a los consumidores finales, tanto en el sector del transporte como en la Industria. Además, reunimos una red de más de 30 asociaciones nacionales de hidrógeno dentro de Europa y, por último, contamos con más de 40 regiones, que aportan la voz de las autoridades públicas locales al complejo y dinámico ecosistema del hidrógeno.

Una de las últimas incorporaciones ha sido la de una institución española muy relevante en el ámbito de la investigación, el CSIC. ¿Cómo valora esta incorporación?

El CSIC se ha convertido en miembro de Hydrogen Europe Research, nuestra organización hermana, que agrupa a más de 150 centros de investigación y universidades de toda Europa. Hydrogen Europe research e Hydrogen Europe colaboran activamente en la puesta en marcha de la empresa conjunta Clean Hydrogen Partnership. Juntos, la industria y el mundo académico dan forma a los objetivos y la dirección de la financiación dedicada a I+D e innovación en el marco de esta asociación conjunta con la Comisión Europea. Dar la bienvenida a organismos científicos clave de España, como el CSIC, es un testimonio del valor que la cooperación internacional en el campo de la innovación, y en particular del hidrógeno, puede aportar a la construcción de un sector del hidrógeno verdaderamente competitivo en Europa.

¿Cree que el hidrógeno alcanzará un papel mundial tan decisivo como el que desempeñó, por ejemplo, el petróleo durante el siglo pasado?

Sin duda. Debido a su naturaleza ecléctica, el hidrógeno es una solución clave para lograr una economía con cero emisiones de carbono en múltiples sectores: desde la producción, almacenamiento y distribución de energía, hasta los usos finales en la industria, el transporte, los edificios y muchos otros. Su papel puede ser tan central como el que desempeñó el petróleo en el siglo XX, ya que el hidrógeno limpio permite sustituir no sólo al hidrógeno de origen fósil en los usos (industriales) actuales, sino también a otros vectores energéticos de origen fósil como la gasolina, el gasóleo y los hidrocarburos en el sector del transporte, el carbón y el coque en el sector siderúrgico, el gas natural en el sector de la calefacción y otros combustibles y materias primas contaminantes y emisores. Según las últimas hipótesis de la AIE y la Comisión Europea, el hidrógeno desempeñará un papel clave en el sistema energético y cubrirá aproximadamente una cuarta parte de las necesidades energéticas finales en 2050.

En un escenario a largo plazo, ¿estaríamos hablando de un recurso energético asequible para la mayoría de los países?

A largo plazo, los costes bajarán gracias a la ampliación y la innovación. Si nos fijamos en los precios del hidrógeno verde, esperamos que bajen significativamente en la próxima década, haciéndolo competitivo frente a otras soluciones energéticas (al menos en algunos sectores). La energía renovable representa el 70% del coste total del hidrógeno limpio, por lo que para bajar el precio se requiere una combinación de energías renovables abundante y optimizada. Además, el gasto de capital en capacidad de producción de hidrógeno e infraestructuras de transporte contribuirá a crear economías de escala y a reducir los costes. Los terceros países que tienen capacidad para producir energía renovable asequible deberían aprovechar al máximo este activo para producir hidrógeno limpio y exportarlo; al mismo tiempo, Europa también debería aprovechar los menores costes del hidrógeno limpio producido en esos países e importar hidrógeno para cumplir los objetivos fijados para 2030.

¿Cuáles son los principales retos tecnológicos a los que se enfrenta actualmente el desarrollo del hidrógeno renovable?

Europa tiene potencial para convertirse en la cuna de la economía mundial del hidrógeno, cuyo comercio traspasará fronteras y mares a través de oleoductos y buques. La UE ya es líder mundial en tecnología del hidrógeno y el ingenio de las empresas e instituciones del conocimiento europeas sigue impulsando la innovación, estableciendo normas mundiales. Esto es fundamental para avanzar en el desarrollo tecnológico y la ampliación industrial a escala mundial. En la actualidad, siguen existiendo retos en la ampliación de algunas tecnologías de generación desde la escala precomercial a proyectos comerciales en toda regla. En el ámbito del almacenamiento subterráneo, el almacenamiento de H2 en cavernas de sal ha quedado plenamente demostrado, pero todavía tenemos que aprender a desarrollar grandes proyectos a escala y en plazos cortos, para garantizar que el ritmo del sector pueda mantener los ambiciosos objetivos fijados.

¿Qué potencial es razonable pensar que puede alcanzar la UE en términos de producción de hidrógeno renovable en el futuro?

Debido a sus superiores recursos solares y eólicos, el hidrógeno renovable producido en África y Oriente Medio será considerablemente más barato que cuando se produzca en Europa. Mientras esa disparidad de precios supere 1 euro/kg —y las pruebas disponibles sugieren que así será—, incluso unos costes de transporte tan elevados como 20-30 euros por MWh no serán prohibitivos. Con tales disparidades de precios, Europa debería aprovechar la oportunidad de importar hidrógeno renovable adicional y asequible, teniendo en cuenta que no tiene capacidad para producir su propia demanda a nivel nacional. Por ello, en la estrategia actual, la UE prevé producir 10 millones de toneladas de hidrógeno limpio para 2030 e importar igualmente 10 millones de toneladas para la misma fecha.

¿Cuáles son las claves para un desarrollo óptimo del hidrógeno en Europa?

A partir de 2024, podemos decir que Europa ha puesto en marcha un marco político de apoyo para hacer posible una economía del hidrógeno. Lo que nos falta ahora son decisiones finales de inversión (FID). Se ha aprobado la legislación, se han fijado los objetivos, se han dejado claras las ambiciones, pero el paso final de avanzar en los proyectos hasta su construcción sigue siendo algo difícil de alcanzar. Ahora mismo, sólo el 4% de los proyectos llegan a la fase de FID; aunque aparentemente baja, esta cifra ya representa un aumento en comparación con años anteriores. El Banco del Hidrógeno aporta un gran potencial con sus subastas, pero puede que aún quede trabajo por hacer para salvar la brecha de financiación con bancos e instituciones financieras. Por lo tanto, el aumento de la financiación, acompañado de la eliminación de la burocracia en torno a los permisos y el establecimiento de los sistemas de energía y transmisión necesarios son algunas de las acciones que pueden facilitar el desarrollo del hidrógeno en Europa en los próximos años.

¿Qué valoración hace de un proyecto como H2med?

El proyecto H2Med es uno de los proyectos emblemáticos de infraestructuras de hidrógeno, vital para el desarrollo de un verdadero mercado europeo del hidrógeno. Tras haber recibido un amplio apoyo político de los gobiernos de Portugal, España, Francia y Alemania, está llamado a marcar una verdadera diferencia. Recientemente ha recibido el estatus de PCI (Proyecto de Interés Común), mostrando también el apoyo de la Comisión Europea. Este último paso es crucial, ya que puede desbloquear financiación para el desarrollo de los estudios de ingeniería necesarios para madurar el proyecto. Más que una cuestión de "si", es cuestión de "cuándo", ya que tendrá que financiarse en función de los flujos de hidrógeno previstos desde la Península Ibérica hacia Europa central. Los compromisos de demanda también tendrán que materializarse en paralelo para garantizar un crecimiento sostenible del proyecto.  Pero políticamente, todo el mundo parece estar de acuerdo.

¿Cuál será el papel de España?

España cuenta con vastos recursos de energía renovable, muchos de los cuales se enfrentan a dificultades para llegar a la industria y a los clientes finales, ya que la infraestructura de la red eléctrica tiene dificultades para crecer al ritmo necesario. Todo ese potencial de energías renovables también podría transformarse en moléculas para alimentar la economía española y europea. También prevemos que España sea un centro de transporte que lleve hidrógeno verde desde el norte de África hasta Europa.

La conexión Barcelona-Marsella parece una pieza clave para conectar la red troncal española con H2med.

El BarMar es un proyecto de ingeniería muy interesante y desafiante. Los actores europeos han demostrado su capacidad para desarrollar proyectos de infraestructuras sofisticados, económicos y respetuosos con el medio ambiente. Con un gasoducto marítimo previsto que llegará hasta 2 km bajo el mar, esperamos ver mucha innovación y fuerza de ingeniería por parte de los proveedores de tecnología y las empresas de infraestructuras.

Casi siempre se mencionan la gran industria y el transporte pesado como destinos preferentes del hidrógeno. ¿Es de esperar que su ámbito de uso se traslade también masivamente al campo de las aplicaciones domésticas?

El hidrógeno renovable se obtiene a partir de electricidad renovable, por lo que siempre será más caro que utilizarlo directamente. Por eso entendemos el debate sobre la priorización de determinados sectores que no pueden depender de la electrificación directa. Al menos, el presupuesto público inicial debería destinarse a esos sectores. Pero no vemos el papel del hidrógeno limitado a una sola aplicación. El hidrógeno desempeñará un papel importante en el calentamiento de los procesos industriales y, en algunos casos, ese calor puede utilizarse también para calentar los edificios domésticos. Pensemos en las redes de calefacción urbana a las que se conectan múltiples usuarios, o en algunas redes específicas de distribución de gas totalmente convertidas en redes de hidrógeno. No existe una solución única. Diferentes regiones y municipios adoptarán diversas estrategias basadas en sus especificaciones locales.

¿Qué papel desempeña el sector europeo del gas en el fomento de una economía del hidrógeno?

El sector europeo del gas puede desempeñar un papel crucial en el desarrollo de una economía del hidrógeno. Existen tres vías para la integración del hidrógeno en el sistema gasista: la inyección de hidrógeno y su mezcla con gas natural en la infraestructura gasista existente, el desarrollo de una red dedicada al hidrógeno mediante la conversión de la infraestructura gasista existente o a través de la construcción de una nueva infraestructura de hidrógeno y, por último, a través de la metanación, que consiste en la captura de CO2, combinado con hidrógeno para producir e-metano, que puede inyectarse en la red gasista. En concreto, las infraestructuras de gas pueden modernizarse para permitir la inyección de determinadas cantidades de hidrógeno en las redes o reconvertirse en un gasoducto dedicado al hidrógeno. El sector del gas facilitará así la adopción del hidrógeno y el desarrollo completo de un auténtico e integrado mercado para este vector energético.