El gas es fundamental para garantizar el suministro eléctrico a través de las plantas de ciclo combinado, que además actúan como respaldo de las renovables tradicionales o intermitentes cuando estas no llegan a satisfacer toda la demanda.
Los ciclos combinados a gas son infraestructuras clave para garantizar el suministro eléctrico en España, debido a su flexibilidad y seguridad, especialmente durante los picos de demanda, tanto en las olas de calor como en las de frío. Además, su papel en la transición ecológica es fundamental como respaldo a la integración de las energías renovables en el sistema eléctrico.
De acuerdo con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el 74% de la producción energética para 2030 deberá provenir de fuentes renovables, sin que se comprometa la seguridad de suministro. Es por ello que los 25.000MW que los ciclos combinados producen actualmente son imprescindibles para llevar a cabo una transición ecológica ordenada.
Las centrales de ciclo combinado producen menos contaminación atmosférica que el carbón, el petróleo o sus derivados.
Los ciclos combinados ofrecen la posibilidad de operar según la demanda: del 100% cuando la necesidad es alta y hasta del 45% de su capacidad cuando es baja. Además, su funcionamiento es casi inmediato, ya que necesitan tiempos de arranque muy pequeños.
El gas natural logra una mayor generación eléctrica con un menor consumo en su producción, cerca de un 60% frente al 36% de una central convencional.
Exigen una infraestructura menor por lo que su construcción es más rápida. Una planta podría estar operativa en unos 37 meses. Se pueden ubicar cerca de los puntos de consumo, reduciendo las líneas de tendido eléctrico, las posibles pérdidas en el transporte y el consiguiente impacto ambiental.
Generan menos emisiones contaminantes: un 80% de óxido de nitrógeno (NOx), un 50% de dióxido de carbono (CO2) y hasta un 100% de dióxido de azufre (SO2). Requieren de un tercio del agua que utilizan las centrales térmicas convencionales, ya que solo la necesitan para la condensación del vapor.
Pueden potenciar la cogeneración si se instalan plantas de ciclo combinado cerca de industrias que aprovechen los excedentes de electricidad y energía producida.