A la hora de hacer frente a la factura del gas, las familias tienen a su disposición diversas opciones económicas para mitigar este desembolso.
El Bono Social Térmico es una subvención económica concedida por el Gobierno a las personas vulnerables o en riesgo de exclusión que ya cuenten con el Bono Social eléctrico. Está diseñado para ayudar a sufragar sus gastos en calefacción, agua caliente y cocina, indistintamente del sistema que se utilice: gas, eléctrico, butano, gasóleo...
Fue aprobado en 2018 y es indispensable tener primero el Bono Social eléctrico, un descuento en la factura de la luz también regulado por el Gobierno que se otorga a aquellas familias con dificultades socioeconómicas. Para optar al Bono Social Eléctrico los hogares deben contar con alguno de estos requisitos:
Además, debido a las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, el Gobierno amplió y prorrogó el Bono Social eléctrico hasta el 30 de junio de 2021 a algunos colectivos afectados por la situación económica y laboral:
Todos estos usuarios serán considerados vulnerables y podrán disfrutar de un 25% de descuento en su factura de la luz. Sin embargo, si el solicitante tiene una renta anual inferior al 50% del rango establecido para los consumidores vulnerables será catalogado como vulnerable severo y tendrá acceso a un 40% de rebaja.
Una vez que es autorizado el Bono Social eléctrico, que tiene una duración de dos años, automáticamente se otorga el Bono Social térmico.
No obstante, el Bono Social Térmico no supone un descuento en la factura mensual, sino que se hace entrega de un importe económico que, en cada caso, decidirá el Gobierno en virtud del grado de vulnerabilidad de la familia y la zona climática en la que viva.
Por norma general, se proporciona mediante un único pago durante el primer trimestre del año a través de un ingreso en la cuenta corriente en la que el beneficiario tiene domiciliadas las facturas de la luz. La retribución la llevan a cabo las Comunidades Autónomas y las compañías de luz o gas no influyen en ella.
Las Comunidades Autónomas programan planes Renove anuales de calderas antiguas con el objetivo de reducir el consumo energético, las emisiones de CO2 al medioambiente y velar por la seguridad de los ciudadanos.
Los requisitos no varían mucho ni entre Comunidades ni de una convocatoria a otra y la partida de subvenciones se suele limitar hasta la expiración del fondo económico. La dotación oscila entre los 100 y los 500 euros y para ser aprobada la nueva caldera debe tener una potencia nominal de entre 15 y 70 kW y clasificación energética A.
Para solicitar la ayuda es necesario ponerse en contacto con alguna de las empresas adheridas al plan Renove de calderas de la Comunidad Autónoma y entre los datos que se demandan se encuentran:
La Tarifa de Último Recurso (TUR) es la tarifa de gas natural del mercado regulado. Es fijada trimestralmente por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Fue instituida en 2009 y los consumidores pueden adherirse a ella si cuentan con un consumo máximo de 50.000 kWh de gas anual.
La Tarifa de Último Recurso es única para todo el territorio español, determina el precio máximo y el precio mínimo que pueden cobrar las comercializadoras y no puede entrar en competencia con los precios de libre mercado de gas.
Existen dos tipos de TUR, siendo la comercializadora la que ubica a cada usuario en función de su último consumo anual:
Si el cliente de TUR 1 acumula un gasto superior a 5.000 kWh se le pasa automáticamente a TUR 2 y viceversa en el caso de que haya usado un volumen menor a dicha cifra.