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Eco Eléctrica. Puerto Rico. Foto cedida por Gas Natural.
Actualmente las reservas de gas natural en el mundo se sitúan en una cantidad equivalente a 62 veces el consumo realizado a lo largo del 2007. Aunque existen reservas repartidas por todo el mundo, las principales se encuentran en Oriente Medio (40%) y en Rusia (26%), mientras en Europa Occidental sólo existe un 2,9% de reservas, lo que la convierte en uno de los principales importadores de gas natural del mundo. Rusia es, además, el primer productor mundial, seguido por EEUU, Canadá, Noruega y Oriente Medio. Aunque EEUU es el primer consumidor mundial (22%), el aumento de la demanda por parte de las potencias regionales emergentes de Asia, África y América del Sur va en progresivo aumento.
Pero tan importante como la existencia del gas natural, es su capacidad para ser transportado: el gasoducto fue el primer sistema que se desarrolló y sigue siendo en la actualidad el más importante, aunque el transporte mediante buques cobra cada vez más relevancia. A pesar de los elevados costes que supone para las empresas gasistas la complejidad inherente a la creación de unas infraestructuras que habitualmente se despliegan por extensas zonas geográficas, el éxito de la reducción del estado gaseoso del gas natural a un estado líquido (GNL), ha permitido reducir en aproximadamente 600 veces su volumen, lo que rentabiliza las inversiones realizadas y, por tanto, redunda en beneficio del consumidor.
Respecto a Europa, para la que el gas supone el 24% de su consumo energético, existen tres rutas principales en la red de gasoductos: la Ruta del Este que abastece a Alemania, Francia, Bélgica, Italia y Este de Europa; la Ruta del Mar del Norte que transporta el gas de los yacimientos marinos de Noruega a Bélgica y Francia; y la Ruta Sur, vital para países como España e Italia y que tiene como principal productor a Argelia. Sin embargo, la inestabilidad de algunos de los países suministradores supone que para muchos países consumidores su suministro de gas natural esté sometido a circunstancias ajenas al sistema gasista y, por tanto, sufran una mayor vulnerabilidad. No es el caso de España, ya que se suministra de 11 mercados diferentes, lo que garantiza la estabilidad de su sistema gasista.