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EU Competitiveness Compass
La Comisión presenta la Brújula para la Competitividad, la primera iniciativa de gran alcance de este mandato, que pretende aportar un marco estratégico de cara a orientar el trabajo de la Comisión.
La Brújula marca el camino para que Europa se convierta en el lugar en el que se inventen, fabriquen y comercialicen productos limpios, tecnologías del futuro y servicios, al tiempo que se erige en el primer continente que logra la neutralidad climática.
En las dos últimas décadas, Europa no ha seguido el ritmo de otras grandes economías debido a una brecha persistente en el aumento de la productividad. La UE tiene lo que hace falta para invertir esta tendencia, con una mano de obra formada y con talento, capital, ahorros, su mercado único y sus infraestructuras sociales únicas, siempre que actúe urgentemente para hacer frente a las barreras de larga duración y a las deficiencias estructurales que la frenan.
El informe Draghi identificó tres imperativos transformadores para impulsar la competitividad, y la Brújula establece un enfoque y una selección de medidas emblemáticas con miras a hacer realidad cada uno de estos imperativos: innovación, descarbonización y seguridad.
En relación a una hoja de ruta conjunta para la descarbonización y la competitividad, este documento señala la importancia que tiene el problema de los precios elevados y volátiles de la energía, de modo que establece ámbitos de intervención para facilitar el acceso a una energía limpia asequible. El próximo Pacto Industrial Limpio establecerá un enfoque de descarbonización impulsado por la competitividad, que pretende que la UE sea un lugar atractivo para la fabricación, también en el caso de las industrias de gran consumo energético, y promover las tecnologías limpias y los nuevos modelos de negocio circulares. Un Plan de Acción para una Energía Asequible contribuirá a reducir los precios y costes de la energía, mientras que una Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial ampliará la concesión agilizada de permisos a los sectores en transición. Además, la Brújula prevé planes de acción a medida para los sectores de gran consumo energético, como el acero, los metales y los productos químicos, que aun siendo la columna vertebral del sistema europeo de fabricación, son los más vulnerables en esta fase de la transición.
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